domingo, 23 de noviembre de 2014

Entrelazados - Capítulo 33

Tan inesperada y a la vez sabida fue la llegada de Bautista junto con Floyd, que Celeste no supo cómo reaccionar. Felipe, desde atrás y unos pasos más adelante que ella, la llamaba constantemente para que se apure, pero su novia estaba en otro mundo, mirando a todos lados, totalmente perdida y desorientada. Sin dudarlo más, se volteó a ver a Felipe y se encaminó hacia donde estaba él. Luego, lo miró fijo a los ojos y le dio los pasajes que tenía en la mano.
- Buen viaje.- le dijo.
Y sin darle tiempo a que pueda reaccionar, la morocha hizo un gesto de soldado poniéndo su mano derecha sobre la frente, dio media vuelta y salió corriendo, mientras sus familiares esperaban a que vaya a abrazarlos o decirles algo, pero lo que realmente hizo Celeste fue salir a donde estaba Bautista, e ignorando a la constante lluvia y logrando que suelte al perro, se subió koala a él y le dio el beso más largo, tierno y dulce que se hubieran dado jamás.

Luego de todo esto, abrió los ojos.

El avión ya estaba por aterrizar, y Felipe se encontraba tomándola de la mano y sonriéndole, mientras Celeste pensaba en muchas cosas. La realidad...Triste, emocionante y a la vez alegre realidad, era que ya estaba arribando a Estados Unidos, y su vida estaba a punto de cambiar. A su lado tenía al amor de su vida, al hombre que le había sacado las sonrisas más fuertes y las lágrimas más intensas, pero no sólo volvió para quedarse de nuevo en su corazón por siempre, sino que también se la llevó con él a un país lejano para comenzar una nueva vida juntos, un futuro lleno de expectativas...
Lo triste es que Bautista nunca apareció. Fue tal la ilusión de ella por esperar a ver a ese lindo rubio parado bajo la lluvia con el perro blanco, que lo vio reflejado en el vidrio de las puertas del aeropuerto, pero jamás había llegado. Esto le dio la pauta a Celeste de que pudo no haberse enterado, o que también se enojó tanto que optó por dejarla ir, o tranquilamente ya la había superado. Celeste sabía muy bien que si Bautista aparecía, ella dejaba todo y volvía con él, simplemente porque no soportaría verlo sufrir, además de amarlo, y porque si tanto quiso que él vaya a rescatarla era porque no lo había superado, aunque se haya convencido que sí, pero a la vez supuso que Bautista era consciente de su orgullo y no querría impedir que ella sea feliz, sino no la hubiera dejado aquella noche de sábado antes de la fiesta del club.
Ahora la situación era otra: Celeste debía olvidarse de Bautista y dejar de tenerle compasión, para así poder enfrentar su nueva vida en Estados Unidos junto a Felipe, a quien realmente nunca dejó de amar, y mucho menos superar.
Celeste siempre fue una persona de creer que el amor a primera vista no existía, pero con Bautista le pasó. Siempre consideró que no se vuelve al primer amor, pero con Felipe le pasó. Siempre le pareció que no se puede enamorar de dos personas a la vez, pero le pasó con los dos. No es fácil la vida de la mujer adolescente, ¿saben?.

Fue horrible para Bautista haber llegado al aeropuerto y ver que ya no había nadie: ni Rochi ni Maca estaban despidiendo a su amiga, ni vio a los padres de su ex novia llorar porque su hijita se iba de viaje, ni vio al hermano con su novia embarazada, ni vio a Felipe...Pero lo peor fue no ver a Celeste, no haberse podido despedir como debían, no haberse dado la chance de arreglar las cosas y de intentarlo una vez más, porque si había algo de lo que Bautista era consciente es que lo que sentía por Celeste era amor puro y real que nunca creería volver a sentir por otra chica. Pero ya era tarde.Al correr los días, Bauti estaba cada vez más triste. Se sentía muy solo, aunque los pibes iban a verlo a cada rato y no lo dejaban en paz un segundo, pero eso no impedía que en los baches de tiempo que se encontraba en soledad, llore y piense en ella. Había sido un año de muchas pérdidas para él, y ahora tener que afrontar la soledad no sólo familiar sino también en el amor, lo devastaba por completo.
No haber llegado al aeropuerto había cambiado el rumbo de la vida de los dos, y Bautista se va a quedar para siempre con la duda de qué hubiera pasado si asistía a tiempo.
Cada minuto que pasaba, se transformaba en horas. Es como que para Bauti nunca pasaba el tiempo, o al menos no con la velocidad que transcurrían mientras estaba con Celeste, que parecía que todo ocurría en un abrir y cerrar de ojos. No soportaba tener otra pérdida más en su vida, y eso lo transformaba en un fracasado y en odiarse a sí mismo. Para intentar sentirse mejor y no demostrarse tan débil, intentó con sus amigos ponerse una careta, pero lo conocían tanto que se dieron cuenta.
- ¿Poniéndote una careta en el corazón pretendés olvidar?.- le preguntó Santino una vez, y a partir de ahí se dio cuenta que no debía ocultarle a sus amigos los sentimientos que tenía en su interior, porque si no confiaba en ellos, ¿en quién sino? Antes lo podría haber hecho con su abuela Haydée porque le confiaba todo lo que pasaba y era su gran amiga fiel, pero ella tampoco estaba ya. La única persona de su familia que le quedaba era su hermano Pedro, y no lo veía nunca porque decidió internarse en un centro de rehabilitación.
Quizá esa fue una de las razones por las cuales Bauti siguió en pie y se permitía salir de su casa, sino quedaba encerrado días enteros, solamente iba a trabajar y volvía. Ya ni ganas de entrenar tenía, pero si no faltaba era por los pibes.
Una vez, fue a visitar a Pedro un sábado por la mañana, antes de ir a jugar al fútbol. Lo notó mucho mejor, sin ojeras y con una sonrisa, gesto raro en él. Al verse, ambos se alegraron mucho.
- ¿Hace cuánto que no te drogás?.- le cuestionó Bauti con un tono un tanto prejuicioso.
- Un mes.- contestó Pedro. Y ese era todo un logro para su hermano, porque simplemente se le notaba en la piel y saliendo de sus poros que era un chico a punto de ser dado de alta, que estaba reaccionando muy bien a todo y que hacía caso como ningún otro.- Apenas salga de acá me voy a vivir con vos, hermano.- le dijo aquella vez.
Bauti no estaba seguro de si esa noticia le alegraba o en realidad lo preocupaba, porque eso significaría no poder llorar en soledad, o tener que preparar una cena para dos personas dependiendo del gusto de cada uno, o quizá enojos repentinos por las visitas constantes de los chicos del club en su casa, o mañas recurrentes de cada persona. Pero por otro lado, era interesante tener otra fuente de ingreso adquisitivo, y además vivir juntos reforzaría su relación con Pedro, lo cuidaría más e intentaría lograr que no vuelva a caer en las drogas. Por más que Bautista sea menor que su hermano, cumpliría el rol de mayor simplemente por la debilidad en la forma de ser de Pedro para ayudarlo a no recaer.
Un día viernes, luego de haber pasado dos meses de la partida de Celeste, a Bautista le seguía doliendo pensar en ella como si tan sólo hubieran pasado un par de horas. Uno de los motivos que lo impulsaron a levantar su ánimo y autoestima, es organizar una fiesta al día siguiente por el retorno de Pedro y que le darían el alta a la tarde. La verdad era que su hermano ya no tenía amigos, porque todos continuaban drogándose, presos o muertos por estar en cosas raras. A Pedro no le interesaba mucho todo esto, ya que de verdad quería recuperarse y hacer su vida rodeado de gente buena. Bautista se pasó todo el viernes organizando una reunión sorpresa con sus amigos y también invitaría chicas, por supuesto, ya que Pedro era un gato por excelencia y mujeriego como pocos, así que le vendría bien un encuentro casual con una mujer luego de haber estado tanto tiempo internado.
Para organizar toda la fiesta de bienvenida a su hermano, quería pedirle ayuda a sus amigos, pero estaban todos muy ocupados como para darle una mano, excepto el gordo Ale que se pasó todo el viernes ayudándolo a decorar la casa. Otra gran ayuda fue la de Vera. Luego de aquella vez que se conocieron y tras los dos meses de que Celeste se vaya, el vínculo entre Vera y Bautista iba mejorando día a día. Él se había encargado de conseguir el celular de ella, y apenas lo obtuvo gracias a Macarena, le habló para invitarla a tomar algo. La verdad es que ambos consideraban al otro atractivo, ya que era imposible que no lo piensen con la belleza tanto física como interna de ambos, pero ninguno estaba dispuesto a enfrentar un amor de nuevo, y con el tiempo se fueron haciendo grandes amigos, de esos que se ven casi todos los días y se cuentan hasta los más mínimos detalles. Bautista nunca había tenido una mejor amiga mujer, entonces conocer ese nuevo tipo de relación le hacía bien y le reconfortaba, sobre todo, tener una persona al lado con la personalidad de Vera. Ella era muy comprensiva, y no tenía pelos en la lengua a la hora de decirle las cosas tal cual eran. Bauti era totalmente sincero con ella, ya que además podía hablar de cosas que con sus amigos no, como por ejemplo de su abuela. No quería seguir pudriéndolos con la historia esa de la familia trágica, se sentía re molesto haciéndolo, pero Vera le daba la tranquilidad de saber que podía descargar en ella todo lo que sentía. Hubo tardes enteras que Bautista no fue a trabajar por quedarse en su casa llorando, o faltaba a entrenar por ir a la puerta de la casa de Celeste simplemente a mirar la ventana de su cuarto, y para eso estaba Vera: para retarlo, para acompañarlo en su dolor y para hacerle dar cuenta que él era el nuevo Celeste, y que Celeste ocupaba el lugar de Felipe ahora mismo.
- Ahora te das cuenta de lo que se siente.- le dijo Vera una vez...y tenía razón. Nunca se había percatado de que la historia se estaba repitiendo, pero esta vez él era Celeste, el dejado, el abandonado, el que el amor de su vida lo plantó en Argentina para hacer su vida en Estados Unidos. A partir de ese día, las cosas fueron muy claras en la mente de Bauti, quien automáticamente se propuso a superarla, pero no lo haría acostándose con otras chicas o enganchando a cualquiera para pasar un buen rato, sino a su manera, con su duelo interno hasta lograr estar listo para un nuevo amor.

En estos dos meses que pasaron luego de la partida de Celeste, sus amigas Rocío y Macarena continuaban pensando en ella y extrañándola mucho. Maca se arrepentía muchísimo de las veces que había pensado cosas negativas de Celeste, aunque en realidad no eran con maldad, sino más bien por su baja autoestima. Ahora se encontraba encerrada en su baño como tantas otras tardes intentando vomitar por su propia cuenta, porque el hecho de extrañar y necesitar a una de sus mejores amigas estaba logrando que coma más de lo habitual, y eran recién las tres de la tarde y se había comido un combo de McDonald's...No podía permitirse eso, por lo que aprovechó estar sola en su casa y vomitó a propósito...¡Cómo extrañaba hacer eso! Realmente le reconfortaba saber que toda esa comida dañina estaba saliendo de su cuerpo de una vez por todas, y que además no engordaría un sólo gramo aunque se haya dado el placer de ingerir esa hamburguesa gigante junto a Vera después de salir de la facultad aquel viernes agotador.
En medio del progreso de su bulimia mientras continuaba abrazada al inodoro, oyó el timbre de su casa. No tenía idea quién podía ser ya que Rocío iba a su entrevista laboral y Pache lo mismo, y todo familiar que pueda llegar tenía llaves. Se limpió rápidamente la boca, bajó las escaleras, y al abrir la puerta vio a su novio allí parado, con una sonrisa de oreja a oreja.
- ¡Me contrataron!.- gritó Pache, y tomó a Macarena a upa, quien intentaba esquivar sus besos, pero llegó un momento que no pudo resistir y lo besó de todas formas.- ¡Empiezo a trabajar mañana! ¡Estoy feliz, mi amor!.- exclamaba el joven mientras continuaba besándola. Le había costado muchísimo a Pache conseguir un trabajo, pero finalmente gracias a su madrastra, pudo ingresar en la parte administrativa de una reconocida obra social. Mientras le iba explicando a Macarena cómo había sido todo, subieron las escaleras, pero ella no quería ir a su pieza e intentaba lograr que ambos se quedaran en el living.
- No, dale, amor, quiero subir. Me quiero acostar un toque, estoy cansado.- dijo Pache haciendo puchero.
- ¡No!.- gritó Macarena, interponiéndose en su camino.- ¡De verdad, no! Quedémonos acá abajo.
Pachetti estaba completamente extrañado por el comportamiento de Macarena y en su mente sacaba sus propias conclusiones, hasta que a darle un beso de prueba notó que su gusto y aliento no eran favorecedores. Se alejó unos centímetros de ella mirándola de mala manera, y salió corriendo en dirección a la habitación de Macarena, salteándose de a dos escalones en cada paso que daba al subir las escaleras. Al ingresar al cuarto, sintió el olor a vómito que había por todos lados, y sin dudarlo, entró al baño y vio el inodoro todo sucio. Sin decir nada y con Macarena agitada detrás de él, Pache dio media vuelta y la miró fijo.
- Te olvidaste de tirar la cadena.
Y sin decir más, se fue de la casa mientras Macarena lo corría explicándole lo que había sucedido, pero él no la escuchaba, no le interesaba en absoluto lo que tenía para decir.

Rocío se encontraba a las tres de la tarde en el lugar pautado. La entrevista en realidad era el día anterior, pero se la habían pasado para aquel viernes porque se había cortado la luz del sitio. El estudio jurídico era muy lindo y silencioso: estaba decorado de manera barroca, con muchos cuadros por doquier y el piso era de alfombra, por lo que en medio de la espera, Rocío comenzó a estornudar sin parar pues era alérgica a los ácaros. Luego de cinco minutos de demora, salió un joven de una puerta y sin mirarla, dijo su nombre leyendo un papel.
- Rocío Freidand.- mencionó el muchacho, luego miró hacia arriba para ver a la muchacha. 
Allí estaban ambos, Santino y Rocío, cara a cara.
- ¡¿Vos?!.- preguntaron los dos al unísono, mirándose mal.

Celeste la estaba pasando de lujo en Estados Unidos, conoció varios lugares y comenzó a tratar con los americanos. Poco a poco su inglés era cada vez más fluido. Llamaba a su familia y a sus amigas día por medio, o a veces dejaba pasar una semana porque estaba bastante ocupada y todavía no tenía línea en el celular de allá como para hablar tranquila el tiempo que desee, y el WhatsApp le funcionaba sólo con Wi-Fi, pero al estar todo el día paseando o viendo facultades, no estaba en muchos lugares tranquila como para ponerse a hablar con sus seres queridos.
La relación con Felipe estaba de lujo, y reencontrarse con sus suegros había sido un momento bellísimo, con una cena en la terraza de un edificio que mostraba la maravillosa vista nocturna de Nueva York.
Felipe estaba feliz de estar allí con Celeste, y aún no podía creer el giro que había dado sus vidas y cómo había sido todo tan fácil. "En realidad, no fue tan fácil, le tuve que insistir un montón de tiempo", pensó una vez el joven. Estaba perdidamente enamorado de ella y tenerla a su lado lo hacía feliz al máximo, pero por momentos notaba que ella estaba más distante, que no era como la novia anterior. Ya no se reían tanto juntos ni compartían los mismos gustos que antes. Felipe se intentaba convencer a sí mismo pensando que "el viaje todavía la tiene estresada" y que cuando se pueda despojar de Argentina, ahí van a disfrutar mucho más los dos porque a él le había costado lo mismo en su primer viaje. Superar a una persona no es fácil si la seguís extrañando...

Aún mirándose fijo y sin comprender ninguno de los dos qué hacía el otro allí, Santino se corrió a un costado y dejó pasar a Rocío a través de la puerta por la que él había salido a llamarla. Cuando entraron, el joven cerró la puerta detrás de sí y se sentó en la punta de una mesa y Rocío en la otra. Ninguno de los dos quería hablar en verdad, no sabían qué decirse ni entendían cómo las casualidades de la vida los hacía estar a los dos en el mismo lugar a la misma hora. La rubia, harta de no entender, decidió romper el hielo de mala manera.
- ¿Y vos qué carajo hacés acá?.- preguntó con la voz más chillona que le salía.
Santino ordenó unos papeles que tenía sobre la mesa, los apiló y los dejó a un costado. Una vez que terminó, luego de tomarse su tiempo en hacerlo, miró a Rocío y entrelazó sus dedos en señal de soberbia.
- Es el estudio jurídico de mis viejos, arranqué hace un tiempo a trabajar acá.
Rocío se tomó la cabeza.
- No te la puedo creer.- instantáneamente, se puso de pie, acomodó su ropa y su cartera sobre su hombro y se dirigió a la puerta.
- Pará.- dijo Santino, parándose.- ¿A dónde vas? Tenés una entrevista.
Rocío se rió irónicamente.
- ¿Se supone que me vas a hacer vos la entrevista?.
Santino asintió con la cabeza.
- No, gracias.
Él corrió hacia donde estaba la joven y la tomó suavemente del brazo.
- ¿Por qué me odiás tanto?.
Rocío observó cómo la agarraba y luego se concentró en aquellos ojos tristes. Parecía ser un joven que lo tenía todo pero a la vez no tenía nada, y eso lo expresaba simplemente su gesticulación facial y la mirada decaída que tenía.
- No te odio.- dijo Rocío, soltándose.
- ¿Entonces?.- preguntó Santino, mirándola tiernamente.- Si es por lo que pasó esa vez en el Álamo, te...
- Callate. No pasó nada después del Álamo.- exclamó Rocío de manera brusca.- Olvidate de esa noche. Borrala de tu mente, haceme el favor.
- Yo no me olvido de nada, iría en contra de mi memoria hacer que nada pasó.- si había algo que Santino no toleraba es que una chica no admita que estuvo con él.- Vos estabas en pedo, yo también lo estaba, no sé cómo pasó...Pero pasó. Listo. No hay más magia que eso.
Rocío respiró hondo y cerró los ojos. Luego los volvió a abrir y dubitativamente se sentó de nuevo en su silla.
- Yo no tengo nada que olvidarme o recordar porque simpemente no tengo idea de lo que pasó, ni siquiera sé cómo fue el...El...
Carajo, no sabía cómo decirlo ahora.
- ¿El sexo?.- dijo Santino dejando escapar una sonrisita pícara.
Rocío se ruborizó y miró al suelo. Al instante, volvió la vista hacia el muchacho que no dejaba un segundo de mirarla fijo.
- Yo no soy así como vos pensás. No soy una cualquiera que se anda garchando al primer pibe que se le cruza. Venía de estar bajoneada y...
- Y derrapaste.- completó él.
Ella le dijo que sí y luego comenzó a contarle lo que había sido esa noche para ella, cómo había llegado al Álamo y toda la repercusión que generó en el club. También le comentó quién era Lauti y Nico y...
- Pero pará, ya sé quiénes son. No sé si te acordás que a Nicolás lo conocí en la comisaría y que además ahora estoy jugando al fútbol con ellos.
- ¿Qué?.- Rocío no podía creer lo que escuchaba...¡Definitivamente el mundo era un pañuelo! Y le irritaba bastante saber que ahora Nico, Lauti y Santi estaban iniciando algún tipo de "amistad", la cual le parecía patética y súper falsa, pero la realidad es que los tres jóvenes se llevaban muy bien y se caían genial unos con otros. Casi ni hablaban de Rocío y si lo hacían era para contar un chisme o porque Lauti, que es el que más padecía estar sin ella, estaba mal o se había deprimido.- ¡Ah, bueno! ¡Es una cosa de locos!.
Santino se rió simpáticamente y se sentó al lado de ella.
- Espero que no me odies...
- No te odio te dije.- reiteró Rocío.- No odio a nadie.
- ¿A Malena tampoco?.- ¡pum! Había dado en el ángulo.
- Me parece un sentimiento muy feo el odio.
- Pero esa loca de mierda se lo merece.- dijo Santino.
- Lo que se merece es amor, todos merecemos amor, todos lo necesitamos. A ella siempre le faltó eso. Sus viejos que la mandaban a ochenta actividades después del colegio para no tener que aguantarla, los chicos que ama la quieren sólo para tener sexo, sus amigas lo son porque le tienen miedo...Si conociera lo que es el amor no se comportaría así.

Y Rocío estaba totalmente en lo cierto.
Malena siempre se mostraba fuerte ante los demás, tanto para su familia como para sus amoríos y también para sus supuestas amigas. Quizá parte de su carácter y su locura parten de la necesidad de sentir amor de verdad, para que algo así la enternezca y pueda entender que todo lo que hizo está muy mal y que obsesionarse con algo no es amor, porque el amor está en todo el cuerpo y la obsesión sólo la tenemos en la cabeza.
El viernes por la tarde, alrededor de las siete, Malena salió de entrenar un poco antes que sus compañeras porque le dolía bastante la cabeza, así que le pidió permiso al entrenador y se retiró media hora antes. Se dirigió al vestuario a cambiarse y mientras salía del club, se chocó sin querer con el gordo Ale.
- ¡Uh! Perdoná, flaquita.- dijo Ale con simpatía.
Malena lo miró con mala cara, pero cuando Ale le sonrió tanto, optó por devolver el gesto tierno.
- No pasa nada.
- ¿No sale de entrenar a las siete y media tu equipo?.- preguntó él con curiosidad.
- Sí, pero a mí me duele la cabeza así que me quiero ir a mi casa.
Sin decir más, Ale abrió su mochila y de allí sacó un Ibuprofeno. Malena tenía en su mano una botellita de agua a medio terminar, así que aceptó la pastilla, agradeciéndole a Ale el gesto.
- Espero que se te pase.- dijo él.
- Gracias.- repitió Malena. Nunca había prestado atención al gordo Ale. En realidad, mutuamente nunca se habían registrado. Sabían ambos quién era el otro pero nunca habían interrumpido en la vida del otro en absoluto.
La realidad era que hace tiempo que el gordo Ale moría de amor por Malena desde que tenían diez años y ella ocho, que fue justo cuando ambos empezaron a ir al club. Le encantaba ella totalmente. Era hermosa, femenina...La arruinaba por completo las locuras que hizo, pero Ale se había propuesto a sí mismo intentar cambiarla. El plan en su vida era lograr embellecer la personalidad de Malena hasta lograr que sea tan linda como ella exteriormente. Cuando se enteró que Nicolás se puso a salir con ella, Ale estuvo triste un montón de tiempo, pero por supuesto nunca le dijo nada a ninguno. De hecho, sus amigos no tienen idea de lo que le pasa al gordo con Malena, hasta creen que ni siquiera tiene sentimientos, mucho menos un corazón. Pero sí, Ale sentía, y sentía más que muchos otros que se la dan de fieles enamorados. Por cuestión de códigos, nunca hizo nada por estar con ella, y además se sentía gordo y horrible a su lado, por lo que nunca le daría bola. "Mirá si esa hermosura va a mirar a un gordo pelotudo como yo", pensaba Ale siempre. Amar en secreto no le resultaba fácil, pero ya estaba sucediendo hace tanto tiempo que no le afectaba demasiado, pero la seguía adorando cada día más. "Yo sé que puedo cambiarla. Los demás no la valoraron nunca como se merecía. Si tan sólo me diera la oportunidad...".
Y allí volvió Ale a la realidad, mirando a Malena alejarse del club mientras lo saludaba con la mano de manera alegre. El gordo se quedó parado mirando la nada misma alrededor de diez minutos. Toda la gente que pasaba a su lado lo miraba de manera rara porque parecía un loco...Y es cierto, estaba loco de amor. Cuando volvió a poner los pies sobre la tierra y bajar de su nube de ternura, Ale recordó que había ido al club a hacer algo, el problema es que ahora no recordaba qué, pero más importante aún era ver la cadenita que tenía puesta Malena, con un dije con la letra "M" tirada en el suelo...¡Bingo!.

La charla continuó fluyendo entre Santino y Rocío, quienes al final se pidieron disculpas por los malos tratos y los inconvenientes.
- No fue la mejor manera de conocernos.- dijo ella entre risas.
Luego de tomar un café, ambos realizaron la entrevista laboral que quedaba en manos de Santino, así que más o menos Rocío consideraba que ya tenía un cincuenta por ciento de su ingreso en el lugar, sobre todo porque Santi le haría el favor de involucrarla por conocerla y sabiendo que necesitaba trabajar.
El momento de la despedida fue muy simpático también. Ambos se agradecieron mutuamente.
- ¡¿Vas mañana a la fiesta de Bauti?!.- preguntó Santino gritando, mientras ella se alejaba a tomar el colectivo.
- ¡Sí! ¡¿Vos?!.
Él le levantó el dedo gordo asintiendo, se dedicaron una sonrisa y luego cada uno volvió a sus obligaciones.

Macarena estuvo todo el día llamando a Pache y rogándole que la perdone dejándole mensajes y todo...¡Hasta fue a su casa! Pero no quiso abrirle la puerta siquiera. Cuando ya agotada se estaba yendo de la casa de su novio, escuchó que le gritaba desde una ventana.
- ¡Por las buenas o por las malas vas a aprender!.
Y sin hacer ni decir nada, Macarena se alejo cabizbaja. Se arrepentía totalmente de lo que había hecho, pero no por su cuerpo sino por el enojo de Pache...¿Cómo iba a olvidarse de tirar la cadena? Era esencial.
Maca comprendía que si ella misma no notaba lo nocivo que era provocarse vómitos pero no sólo a su relación sino principalmente a su cuerpo y su cabeza, no podía salir nunca de eso. Pero ahora sus miedos aumentaban: tenía miedo de que Pache la deje, de que su mamá la descubra, de que la vuelvan a querer internar y cosas horribles que Macarena no tenía ganas de volver a vivir, además le había ganado terror a los hospitales...Pero más pánico le tenía a la balanza.
Finalmente, decidió limpiar su baño que quedó arruinado y hecho un asco, se dio una ducha ella, apagó el celular y se recostó a dormir una siesta, esperando que sus problemas de auto estima y de relación con su novio mejoren mágicamente, o al menos esté tranquila en sus sueños, por un rato.

En Nueva York ya era la madrugada cuando Celeste se dispuso a llamar a su casa. Habló con sus padres que estaban cenando, les contó algunas anécdotas y compras que había hecho. Luego, llamó a Macarena pero su celular se encontraba apagado, así que luego optó por Rochi. La rubia le contestó enseguida, totalmente emocionada y a los gritos.
- ¡Amiga! ¡Te extraño! ¡Te necesito! ¡Ya pasó mucho tiempo! ¡¿Cuándo venís de visita?!.- las preguntas de Rocío eran hechas una tras otra sin respirar y sin hacer pausas.
Celeste se rió y le dijo que se relaje, que cuando deje de nevar podría ir a clases y un montón de cosas más. Entre ellas se chusmearon cosas de la actualidad, cómo estaban sus situaciones amorosas, cómo andaban las familias, trabajo, estudios, ¡todo!. Debían aprovechar al máximo cada conversación que tenían. Una vez que cortó con ella, Celeste verificó que Felipe aún no haya salido de ducharse. Como vio que estaba sola y tranquila en aquella habitación, marcó el número que quería y llamó, esperando que del otro lado le atiendan...O quizá no quería que lo hagan.

Vera y Bautista, luego de decorar la casa, se dispusieron a esperar a que el gordo Ale vuelva del club con las guirnaldas de la fiesta pasada.
- No sé por qué tardará tanto.- dijo Bauti.- Siempre que le pedís un favor al gordo lo hace en un toque.
Después de haber pasado una hora y media, Bautista decidió llamarlo, y justo Ale tocó timbre en la casa de su amigo.
- ¡Tardaste una banda, gordo!.- exclamó Bauti, pero no retándolo, sino porque le llamó la atención en verdad lo mucho que se había demorado.
Ale le inventó la excusa más próxima que se le cruzó, que fue que se encontró en el camino con el cejón Martín y se quedaron hablando un buen rato, pero lo cierto era que se quedó caminando un buen rato mirando la cadenita de Malena. Quería a llevársela a su casa y ser su héroe, pero no se animaba, así que simplemente optó por guardar esa joyita en el bolsillo derecho de su pantalón y volver a lo de su amigo.
Ya llegada la noche, Bautista le ofreció a Vera y a Ale que se queden a comer, y le preguntó a la muchacha si no le incomodaba invitar a algunos amigos más. Ella aceptó la propuesta con gracia: le encantaba hacer sociales con los hombres, porque siempre se llevaba mejor con ellos que con las mujeres. Creía que todas las amistades femeninas llegaban un punto que eran falsas, en cambio el hombre nunca era competitivo y, lo más importante, nunca te iba a cagar a un chico.
Alrededor de las diez de la noche, estaban cenando en la casa de Bautista: el gordo Ale, Vera que cocinó pizzas para todos, Lauti que estaba armando junto con Santi las nuevas camisetas del club, Pache que se lo notaba tenso y distante por lo ocurrido con Macarena (hecho que por supuesto no iba a contar por respeto a su novia) y Nicolás, que comía desaforadamente.
- Están riquísimas estas pizzas, Vera.- le dijo a la joven.
- Muchas gracias.- comentó Vera sonrojándose.
El resto de la noche concurrió con total tranquilidad. Vera se sentía muy cómoda con los pibes y se divirtieron mucho diseñando las nuevas camisetas. También jugaron al truco, al verdad consecuencia y por un rato todos pudieron dejar sus problemas de lado para pasar un cálido momento con amigos.
En cada oportunidad que se le presentaba, Vera miraba fijo a Nico porque le parecía el más lindo de todos los presentes. Nico miraba Lauti porque se daba cuenta que seguro estaba pensando en Rocío. Lautaro observaba a Santino que estaba contando el encuentro con la rubia hoy en el estudio jurídico. Santino miraba a Pache que se encontraba silencioso y en calma. Pache registraba los movimientos de Ale que no eran normales y parecía estar en una nube. Ale miraba a Bauti mientras decía sus propuestas para la remera y Bauti chequeaba cómo Vera observaba a Nicolás y le brillaban los ojos. Así transcurrió la noche, divirtiéndose entre todos pero uno sabiendo de los demás que algo les estaba pasando, pero ninguno quería exteriorizar sus sentimientos.
En medio de los debates sobre qué equipo había ganado en el Chin Chón, el celular de Bautista sonó. Le llamó la atención quién podía ser, porque toda la gente que le interesaba y podía necesitarlo estaba con él. Vio que el número estaba en privado. No solía atender a los que no dejan ver su número, pero realmente tenía intriga, así que respondió.
- ¿Hola?.- atendió Bauti esperando del otro lado una respuesta.
Y del otro lado estaba Celeste, escuchando las reiteradas veces que Bautista decía "hola" pretendiendo que alguien le responda. Ella quería decirle cuánto lo extrañaba, cuánto lo había añorado estos dos meses y lo insoportable que le estaba resultando estar con Felipe. La convivencia no les ayudaba en absoluto, pero ese es otro tema al que Celeste no podía hondar en ese momento. Quería responderle y decirle que lo quería, saber cómo estaba y qué era de su vida. Pero simplemente dejó caer una lágrima mientras se mordía fuertes los labios, y cuando estuvo a punto de saludar y decirle que era ella, Bautista se cansó del silencio del otro lado.
- Bue, chau.
Cortó. Y todas las ganas de Celeste quedaron marcadas en ese teléfono.


Continuará...

30 comentarios:

  1. Amo esto, en serio!!!!!! Mi personaje favorito sin dudas es Rochi ❤❤

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  2. Chicass!!! No pensaron en hacer un libro sobre Entrelazados? Pleaseeeeeeeeeeeeeeee

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  3. Chicas es lo mejor estoo. A veces me siento re identificada

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  4. Hay pobre Celeste! Sos una genia Colis!

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  5. Ayyy amo la novelaaa, tienen que hablar con una editorial chicas!

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  6. QUIERO DOMINGO YAAAA!!!!! ENTRELAZADOS LOVE X EVERRRRRRRRRR, CONI KPAAAAAAAAA

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  7. Ayy amo a celes y a bauti, hagan que celes vuelva plis. Son las mejores, quiero un libro ya.

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  8. Quiero a bauti y a vera, a feli y celes y a rochi con santi.
    Pero vera estuvo mirando a lauti, y celes no esta bien con feli asi que no se :(((((((((((((
    AMO ESTA NOVELA, LA LEO DESDE EL PRINCIPIOOOOOO Y TODAVIA NO LA DEJE NI LA PIENSO DEJAR NUNCA, Y ESO QUE SOY DE ABURRIRME FACIL.
    colis genias
    #QueremosEntrelazadosLibro

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  9. Rocio llega a estar con santino y va a quedar re zorraaaaaa

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  10. Que capitulon mamaaaa. Sos una genia Co♡♡ . La verdad que Cele tiene que estar con Bauti , Malena con el Gordo Ale , Vera con Nico y Rochi y Santi

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  11. Genia Colis!!! Aplausos y más aplausos para vos! Felicitaciones por semejante novela!!! La verdad que sin palabras... Me encanta!

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  12. que vuelva celeste porfavor colis!!

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  13. Es la mejor novela lejos <3 la amoo
    A mi me encanta Cele y Felipe juntos son re lindos, y vera con bauti

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  14. Celeste y Bauti♥, Vera y Nico♥, Rochi y Lauti♥, Maca y Pache♥, Gordo Ale y Malena♥ y Santino y Felipe que vuelvan por donde vinieron....

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  15. Yo lo odio a felipe, lo odio. quiero que celeste vuelva y que vuelva con bauti. Colis sos una genia boluda, tendrías que hablar con alguna editorial porque queremos que entrelazados se haga librooo♥��

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  16. es muy buena la novela chicas, me enganche desde el principio, me gustaria que lean algo que yo tambien escribo, gracias genias♥
    http://shouting-to-the-silence.blogspot.com.ar/

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  17. ''Obsesionarse con algo no es amor, porque el amor está en todo el cuerpo y la obsesión sólo la tenemos en la cabeza''Son unas genias mal ustedes,listo las amo

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  18. Lauti con Rochi, Celes con Bau, El gordo Ale con Malena, Felipe con Vera, y Maca con Pache, obvio!! me encanta la novela!!

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  19. Ayyy, me encanta me encanta

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  20. POR FAVOR FOTOS DE LOS PERSONAJESSSSSSS!!!! SON LO MAS DE LO MAS.

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  21. Ay no puedo esperar hasta el domingo diosssss

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  22. Por hay no les guste mi siguiente comentario..me gustaria que halla una pareja homosexual, hay chicas que lo somos y leemos la novela, y sentimos y nnos pasa lo mismo que les pasa a los heterosexuales. Perdón si jodo con este comentario. Amo la novelaaaaa♥♥♥

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  23. Genial !!!! Muy Bueenooo !!! : D

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  24. Cuando suben el de hoy ? quiero saber que va a pasar

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  25. Malena se coje a todos con 16 años y yo todavia soy virgennnnnnn no podes soy la mas lenta entonces capas que en argentina es distinto que en uruguay jajaj xD oportunidades he tenido pero nunca he querido por miedo...

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