sábado, 18 de octubre de 2014

Entrelazados - Capítulo 28

Macarena abrió los ojos. Estaba tendida en su cama, con el celular de Pache a unos centímetros de ella. Se sentó sobre la almohada y miró a su alrededor. Revisó las sábanas: no había manchas. Puso una mano sobre su vientre y no sintió nada extraño. Tomó el celular de su novio y miró el WhatsApp: había un mensaje de "Tía Nelly" que decía: "Vas a venir a cenar a casa hoy? Viene tu primo también". Abrió la foto del contacto de su supuesta tía y sí, era una mujer grande con un perro en la imagen.
¿Qué había pasado? No entendía nada pero, de repente, las lágrimas comenzaron a brotar de su rostro. Había tenido la pesadilla más horrible de todos los tiempos. Nunca se había sentido tan mal y acongojada...¡y encima fue todo tan real! Escuchó un grito de su madre, proveniente de la cocina, y sintió la voz de Pache. Justo en ese instante, él ingresó en la habitación y la vio a su novia llorar, acercándose a él para abrazarlo muy fuerte.
- Mi amor, ¿qué te pasa?.- preguntó Pachetti con preocupación. Si había algo que detestaba, era ver llorar a Macarena...Lo ponía muy mal.
Ella no decía nada, simplemente lo abrazaba fuerte e intentaba calmarse. Una vez más relajada, se sentó en el borde de la cama y, tomada de la mano de su novio, le contó el sueño espantoso que acababa de atravesar. Pache sonrió y le corrió las lágrimas con los dedos, suavemente.
- No dudes más de mí, Macarena, por favor.- el tono de su voz estaba entre el enojo y la congoja.- Ya me fastidia esto.
Pache soltó las manos de su novia y se alejó un poco. Luego, se puso de pie, tomó su celular y miró sus mensajes.
- Por las dudas miraste, ¿no?
Maca levantó la cabeza y lo miró fijo, asintiendo. Pache guardó su celular en el bolsillo izquierdo del pantalón.
- Qué desconfiada de mierda que sos.- respiró hondo y continuó hablando.- La verdad es que a mí no me sirve estar al lado de alguien que no confía en mí...¡Encima dudás de lo que siento! No sé cómo podés cuestionar eso.
Macarena quería hablar, quería decirle todo lo que le cuesta sentirse segura por sí misma, quería contarle los fracasos amorosos que tuvo anteriormente, quería decirle que gracias a él se había mejorado y no era más bulímica, quería decirle todo lo que pensaba y sentía...Pero no se animaba. Temía a que él se enfade o que la tome como una loca. Pache la miró, esperando una respuesta.
- ¡Decime algo!
- Nada.- dijo ella.- Tenés razón.
Con sólo esas tres palabras se sacó de encima el conflicto con su novio, pero la realidad era que internamente tenía un montón de sentimientos duros, esperando el momento indicado para salir a flote...Si es que alguna vez se animaba.

Los primeros días de retorno a la rutina fueron diferentes para todos.
Santino comenzó el segundo año en administración de empresas. Como la facultad era privada y tenía muchas materias correlativas, coincidió con sus compañeros del año anterior con quien tenía un muy buen vínculo. Un miércoles, después de clase, fueron todos a la casa de él a tomar mates y a pasar el rato. Santino estaba re feliz de vivir solo. Todos los lunes y viernes iba su tía a verlo, sus padres lo llamaban cada dos o tres días y cada quince días recibía plata de ellos. Ahora se encontraban paseando por Playa del Carmen, México. Estaba contando los días en un almanaque para incorporarse a su nuevo club, pero como todavía allí estaban de vacaciones, faltaban un par de días para ir.
Un viernes a la tarde, segunda semana terminada de cursada, caminaba por los pasillos de la facultad en busca del Starbucks nuevo que habían instalado dentro del lugar, hasta que sonó su celular. Con la mochila pesada sobre su hombro izquierdo, una pila de fotocopias que acababa de retirar y el celular leyendo los mensajes, no vio a la joven delante de sí que venía en condiciones similares, corriendo. Ambos chocaron y cayeron todas las hojas de Santino al suelo, mientras la chica se quedó hipnotizada, observando la escena: era Malena. El joven negó con la cabeza sin decir una palabra, y se dispuso a levantar las hojas desparramadas por todo el piso de mármol.
- ¡Uy, perdón! Juro que no te vi.- dijo Malena.- Esperá que te ayudo.
Los dos levantaron todas las hojas y las acomodaron. Luego, Malena sacó de su mochila un clip gigante color rosa y lo puso en las hojas de Santino.
- Tomá, tenelo. Lo vas a usar más que yo.
El muchacho sonrió de costado.
- Medio maraca, ¿no?.
Malena asintió y le estrechó la mano.
- Malena, ¿qué tal?
Santino volvió a reírse más fuerte. Respondió al saludo, tomándole la mano y besando la parte superior.
- Santino Volpe, mademoiselle.- su pronunciación en francés era perfecta y muy sexy.
Malena observaba cada dos segundos por encima del hombro derecho de Santi, quien se dio cuenta del gesto y retrocedió.
- ¿Qué mira?
- ¿No te llama la atención que yo esté acá?
Santino revoleó los ojos...¡Es cierto!
- ¿No era menor usted? ¿Qué hace en una universidad a tan corta edad? ¿Es una niña genio acaso?.
A Malena le encantaba cómo Santino jugaba con tratarla de "señora" y "usted", así como también le divertía que use palabras antiguas.
- Vine de excursión con el colegio para conocer facultades. El otro día fuimos a la del Salvador, hoy nos tocó la UADE...¡Nunca pensé que te iba a volver a cruzar! Encima tengo planeado estudiar acá.
Santino se sorprendió y no podía creer la casualidad.
- ¿Y por qué corría?
- ¡Porque se me está yendo el micro que me trae de vuelta al cole!.- a Malena se le escapó el grito de preocupación, ya que desde adentro vio cómo el micro escolar se iba, dejándola dentro de la facultad sólo por haberse atrasado en el baño y por la interrupción del choque con Santino.- Tarde. Ya se me fue.
Ambos se miraron fijamente, Santino puso cara de pícaro y le propuso algo que Malena estaba esperando.

Rocío, como suponía que iba a pasar, se quedó dormida el primer día y llegó tarde. Se perdió entre los pasillos de la sede Montes de Oca de la Universidad de Buenos Aires. Para encontrar un aula tuvo que recorrer la facultad entera, preguntarle a los desconocidos para que la vayan ubicando. Cursará tres materias: química, pensamiento científico y matemática. Odiaba las tres materias...¡nunca pensó que sería así! Además, analizaba una y otra vez qué tendrá que ver el pensamiento científico y la matemática con la medicina. Le encantaba la carrera que estaba por iniciar, pero no estaba muy conforme con el establecimiento. Por otra parte, todas las materias las cursaba con distintos compañeros. Uno de sus profesores, en medio de la explicación, prendió un habano en la clase y explicaba sin temor a que nadie le diga nada.
Al pasar tres días, Rocío se sentía cada vez más incómoda y con ganas de irse. Todas las clases se la pasaba leyendo el celular y hablando con su novio Lautaro, con quien las cosas, luego de la charla de aquel domingo a la tarde, mejoraron un montón.
A Rocío le dolía en el alma haberle prometido a Lauti que no hablaría más con Nicolás, pero lo amaba de verdad a su novio y era lo mejor para su relación. Nico realmente la caía bien, le agradaba como pocas personas. Nunca se le cruzó por la mente engañar a Lautaro, pero a veces le era muy difícil resistir las ganas de querer partirle la boca de una beso a aquel morocho de ojos verdes. Para colmo, Nico no se cansaba de mandarle mensajes, de llamarla, de preocuparse por ella. Rocío temía que un día aparezca en su casa, y también hizo un esfuerzo sobrehumano para no contestarle ni una sola vez. Quería bloquearlo de WhatsApp, pero todavía no tuvo las agallas suficientes para hacerlo y creía que, si hasta ahora no lo eliminó por completo de todos lados, es porque algo pendiente en su vida, con respecto a él, quedó latente.

Lautaro estaba feliz de la promesa de Rocío. Confiaba plenamente en la palabra de su novia y eso hizo que el joven pueda encarar mucho más feliz sus primeros días reincorporándose al Ciclo Básico Común. Le encantaba la Facultad de Derecho: era enorme, imponente, limpia y llena de gente aplicada. También le agradaba mucho ir de traje a las clases. Obvio que no era necesario, pero a Lauti le encantaba arreglarse, ¡a veces era tan metrosexual que hasta él mismo se preocupaba! Pero tampoco era un pecado vestirse bien y perfumarse, ¿no?. Este cuatrimestre re-cursaría la única materia que le quedó pendiente: derecho latinoamericano. Le daba mucha fiaca perder cuatro meses sólo en una materia, pero se predispuso a buscarse un trabajo en estos días. Acompañado por Rocío, fueron por varios bares, locales de ropa y lavaderos de auto dejando los currículum vitae de Lautaro para que lo llamen a trabajar. Como cursaba a la noche, tenía toda la mañana y la tarde libre dispuesta para trabajar. Por otra parte, no veía la hora de empezar a entrenar...¡Moría de ganas de volver a encontrarse con sus amigos y compañeros!.

Nicolás, como era costumbre, solamente entrenaba todas las mañanas, y a la tarde le hacía algún que otro mandado al supermercado chino de la vuelta de su casa, "changa" que le dejaba unos pesos (que no necesitaba, pero tampoco le gustaba ser un inútil). Estos días se encontraba de mal humor y bastante apesadumbrado, sobre todo ante la repentina desaparición de Rocío. Desde aquel domingo donde se reencontraron luego de la horrible experiencia del joven en la comisaría, Nicolás no paró de mandarle mensajes a la rubia preguntándole cómo estaba. El primer lunes de su ingreso a clases la llamó por teléfono, y aquella llamada no fue contestada jamás, ni devuelta. Ya por el miércoles se hartó de insistir, y optó por no hablarle más hasta que ella aparezca. El jueves volvió a extrañarla y a querer saber cómo le estaba yendo. Pensó en acercarse a su casa, pero cuando recordó todo el conflicto que había traído eso la última vez, prefirió no hacer nada y quedarse en el molde. Realmente la extrañaba...Se pasó todos los días en la casa de Pache jugando a la play station, y lo acompañaba a buscar trabajo.

Nombrado anteriormente, Pache estaba muy aburrido. No hacía otra cosa que molestar al gordo Ale en su casa y pavear toda la tarde con Nicolás. A veces iba a tomar algo gratis al restaurant donde trabajaba Bauti y se quedaba haciéndole compañía en caso de que esté vacío y nohaya nadie. 
Por otro lado, Pache buscó trabajos en algunos lugares, pero le ofrecían sueldos bajísimos por muchas horas de empleo que no le servía en absoluto. Desde el domingo, luego de la fiesta del club, había decidido tomar una nueva postura con su novia. Se había hartado verdaderamente de la constante desconfianza de Macarena. Si bien moría de ganas por amigarse con ella, darle besos y ser el mismo tierno de siempre, prefería ser un poco más frío y distante para que ella, de una vez por todas, sea sincera con él y le diga lo que le pasa. La iba a ver todos los días, por supuesto, pero no estaba tan "goma" como antes, ni la molestaba tanto tocándole el pelo o haciéndole cosquillas.

Macarena, por su parte, estaba feliz de empezar a estudiar la carrera que realmente la apasionaba. Desde muy chiquita, decoraba sus muñecas, les inventaba ropa y hasta se armaba sus propios conjuntos. Por eso ahora decidió estudiar diseño de indumentaria en la UBA. La parte negativa era el extenso viaje en colectivo y tren que tenía hasta la facultad, pero cuando estaba allí era tan feliz, que se olvidaba de todo lo demás.
Las primeras semanas de clases transcurrieron tan rápido para Macarena que casi no tuvo tiempo para pensar en ver a sus amigas o en notar la distancia que estaba tomando su novio. ¡Estaba tan contenta por todo lo que estaba viviendo que no se distrajo un segundo de su realidad! Se había hecho amiga, al punto de hablar todo el día, de una chica que comenzó a cursar con ella y vivía no muy lejos de la casa de Macarena. Ella se llamaba Vera, tenía veinte años y era bailarina del teatro Colón. Tenía un cuerpo maravilloso...¡y se vestía tan bien! Macarena adoraba su estilo. Tenía el pelo castaño lacio con el degradé rubio en las puntas, se lo acomodaba de costado y sus ojos eran verdes o celestes, según el clima. Maca era "fan" de Vera: le encantaba cómo pensaba, cómo hablaba, cómo sentía. Además de estas cualidades que eran de admirar en Vera, su personalidad era muy atrapante. No le importaba lo que decían los demás, era divertida y extrovertida, ¡para nada tímida!. Macarena estaba feliz de haber conocido alguien nuevo fuera de su entorno del club y el colegio.

Volver a trabajar en el restaurant le daba mucha fiaca a Bauti, pero ya necesitaba recaudar unos pesos para ayudar a pagar algunas cosas de la casa y no depender solamente de la jubilación de su abuela. La relación con Celeste iba mejorando día a día. Iba a buscarla a la facultad día por medio y casi todas las noches se quedaba a dormir en lo de ella, o viceversa. Adoraba pasar tiempo con su novia, y también le encantaban las visitas de Pache en su trabajo. Ya no lo sorprendían, pero era imposible que no se le alegre la tarde con la divertida presencia de su amigo.
Se estaba acercando la vuelta al entrenamiento del club, y Bautista estaba bastante preocupado ya que Martín (el famoso "cejón") se había mudado, por lo que iría a otro club y quedaría un puesto vacante en la defensa de Lion. El entrenador, Chipi, no le adelantó quién sería el nuevo integrante y prefirió dejar la intriga.

Celeste estaba atravesando esta nueva etapa "facultativa" con total emoción y disciplina. Cursaba tres materias en la sede de la UBA de Filosofía y Letras, cerca de su casa. El ambiente era muy bohemio: eran todos hippie. Salir al patio y oler el porro recién armado y el mate recién hecho, hacían que Celeste se sienta como en casa...¡Además podía vestirse como quería! No le avergonzaba usar allí sus polleras largas de colores cual Floricienta, ni sus Topper escritas ni los pantalones de bambula rayados, expresión del reggae y la religión rasta. Tenía tres grupos de compañeros distintos, pero coincidía con las mismas cuatro chicas y el mismo chico en dos materias, así que optaron por armar un grupo entre ellos y comunicarse entre sí ante cualquier duda o para hacer trabajos prácticos.
La morocha cada día ansiaba más rendir e introducirse finalmente en la carrera de psicología que tanto la atrapaba. También estaba muy feliz su vida amorosa y la relación con sus viejos. Con Bauti todo iba viento en popa: no discutían por nada (no tenían motivos tampoco), se veían casi todos los días y hacer el amor juntos era lo más increíble que Celeste había experimentado jamás. Nunca se había sentido tan mujer, tan linda, tan querida y única como con Bauti, quien le aseguraba a cada rato lo enamorado que estaba de ella, y no se agotaba de escuchar los: "te amo" provenientes de esa boca carnosa y perfecta.
Mario y María Sol, los papás de Celes, estaban felices con Bautista. Era un chico educado, dulce y participativo...¡No le daba vergüenza nada! Además, era hincha de Independiente como Mario y eso sumaba muchísimo. 
Lo que Celeste no podía evitar pensar era qué estaba sucediendo con Felipe, quien no volvió a aparecer luego de aquella noche...Pero no por importarle, sino más bien por intriga. Otra cosa que preocupaba a Celeste era la falta de comunicación con sus amigas en estas semanas. El grupo que tenían en WhatsApp estaba cada vez más abandonado. La última vez que hablaron fue el fin de semana anterior a aquel viernes donde Celeste las recordó. Como cada una estaba en su mundo, con sus novios, su nueva vida facultativa y todo lo que eso conllevaba, se habían dejado un poco de lado y esto apenaba muchísimo a Celeste. Apenas llegó de la facultad aquella tarde de viernes, llamó por teléfono a Macarena y a Rocío para arreglar algo para la noche...

Lo último que Malena hubiera imaginado de aquella tarde donde se cruzó a Santino en la facultad, era que iba a terminar en su casa besándolo y teniendo relaciones sexuales con él luego de un par de copas de vino encima, y con la panza llena por una exquisita pizza preparada por él.
Santino estaba prendido fuego: movía a la joven de un lado a otro, la revoleaba para todos lados y hasta logró que Malena alcance su punto máximo de placer, cosa que Nicolás nunca había conseguido.
El post relación sexual no fue para nada incómodo, y ese era el principal temor de Malena: quedar mal, no tener tema para hablar o que el pibe la eche de su casa. Todo sucedió al contrario: Santino se ofreció en llevarla hasta su casa en auto, pues ya eran alrededor de las diez de la noche y Malena no podía continuar con la mentira a sus padres de que estaba en la clínica de rehabilitación porque quizá llamarían y se iban a dar cuenta que Malena había faltado aquella tarde. Afortunadamente, los del colegio no se percataron de su ausencia, entonces todo salió perfecto. 
En medio de unos cuantos besos, Santino le acariciaba el pelo mientras ella reposaba sobre su pecho. Inoportunamente, él se atrevió a hacer la pregunta fatal.
- ¿Alguna vez me va a contar por qué está golpeada?
Si bien sabía la respuesta, él quería oírla de parte de Malena. Ella se separó un poco de él y se sonrojó. Su cara se transformó automáticamente en un rostro triste y desolado. Ambos se sentaron y Santino la tomó de la mano, acariciándole el cachete y jugando con su pelo.
- Si no me quiere contar, no pasa nada...Pero sepa que puede confiar en mí, ¿está bien?.- cuando hizo la pregunta, tomó a Malena de la pera y la miró fijo. Como no recibió respuesta, reiteró la pregunta.- ¿Está bien?.- esta vez hizo más énfasis en la cuestión.
Malena asintió y le explicó que quería contarle eso más adelante, que ahora no se animaba, que era una parte oscura de su pasado. Luego, Santino le siguió preguntando cosas, como por ejemplo:
- ¿Y por qué va a una clínica de rehablitación?
Malena bufó tiernamente.
- Algún día te lo voy a contar. Pero no hoy. No ahora.
Santino respetó la decisión de la joven y comenzó a cambiarse mientras le cantaba algunas canciones de Joaquín Sabina. Malena estaba exhausta de felicidad, al punto de no haber recordado a Nicolás ni un segundo pero, en el momento que lo hizo, sólo sintió repulsión.

El viernes previo al comienzo del entrenamiento, Pache volvió a organizar con la comisión directiva del club, una fiesta para ese sábado...¡Obvio que estaban todos invitados! Iba a ser súper divertida esa fiesta. Esta vez, por la buena reputación de la anterior, iría muchísima más gente, por lo que cobrarían una entrada de veinte pesos que iría para los fondos del club, mejorar las instalaciones, comprar más cosas y demás. El gordo Ale sería el DJ nuevamente, y Pache se ofreció en pagarle con un Big Mc, comida pasión del gordo. Con ayuda de Maca, quien le pidió permiso para invitar a su compañera Vera, Pache se ocupó de avisar a todos los miembros del club y amigos de alrededores a presenciar la fiesta del sábado.

Finalmente, esa noche de viernes donde no paró de llover un segundo, las tres amigas se juntaron en la casa de Celeste. Tenían pensado comer una picada con unas cervezas en la terraza de la morocha, pero como la tormenta cada vez era más fuerte y no había techo, se conformaron con cenar en la cocina sentadas en la mesada y luego subir a la habitación de Celeste a tirarse al piso, mirar el techo y chusmear como sólo ellas sabían.
Una a una contaron sus experiencias en la facultad, la gente que conocieron, los profesores lindos o feos, buenos y malos. Luego tocó el turno de sacarse fotos para subir a todas las redes sociales. Al finalizar toda la ronda de cosas de mujeres, les faltó lo más importante, que por eso dejan al final: ¡hablar de sus chicos!.
- A mí me incomoda tanta tranquilidad, es como que no me siento cómoda cuando todo me sale bien...¡No estoy acostumbrada a eso!.- las tres rieron luego de estas palabras de Maca, estaba totalmente en lo cierto.- Hace mucho que no estoy contenta, ¿no?.
La rubia y la morocha asintieron.
- ¿Y con Pache? ¿Todo legal?.- preguntó Celeste.
Macarena sonrío y asintió con la cabeza, luego revoleó los ojos y se puso una mano en el corazón.
- Imposible estar mejor. Ayer se vino a cenar a casa, y cuando se fue, yo estaba dormida. Cuando me levanto, tenía una rosa en la punta de la cama.
Las tres comenzaron a gritar de la emoción debido al gesto tan tierno de Pache...¡Tan inesperado! Luego de chusmear otros detalles de su relación, les contó sobre el sueño de la otra vez. Celeste, en ese momento, sintió cómo se le ponía la piel de gallina, y Rocío sólo se limitaba a morderse los labios en señal de desgracia.
- ¡Qué feo, boluda! Encima es horrible cuando los sueños son tan reales.
- Mal.- agregó Celeste.- Es como que te levantás y dudás si pasó posta o no.
- ¡Sí, tal cual!.- gritó Macarena.- Pero no saben lo feo que fue...¡Tengo calma en mi vida real, pero en los sueños soy un desastre!.
Después de hablar todo lo de Maca, llegó el turno de Rocío. Contó apenada lo mucho que la entristecía perder el vínculo con Nicolás. Celeste, fiel a seguir sus sentimientos, acotó, rudamente:
- Para mí es corta la bocha. A Lautaro le tenés que decir lo que te pasa, boluda.
Rocío se puso de pie y comenzó a actuar de manera ridícula sobre ella misma, poniendo voz de boba y siendo irónica.
- ¡Ay, zí! ¡Lauti, mirame! Zoy tu novia Rochi, la de hace un año y medio, pero te voy a dejar porque me guzta un pibe zólo porque tiene linda zonriza, ¿sí? Te amo, bezitoz.
Por enésima vez en la noche, se rieron fuertemente. Las imitaciones burlonas de Rocío eran lo más gracioso del mundo. Nunca iban a entender por qué se auto imitaba poniendo la voz tan aguda y resaltando la letra "z", pero eso no importaba...¡era graciosa igual!.
- No, para mí tiene que ponerse las pilas con Lautaro...
- Como estoy haciendo ahora.- interrumpió Rochi.
- ¡Claro!.- continuó Macarena.- Yo creo que él es el que está día a día bancándote, el que te conoce como nadie y te banca todas tus forradas y desplantes.
- ¡Eu, pará! ¡Tampoco soy una forra!
Maca la miró con gesto cómplice.
- Bueno, sí, soy un poco garca....
Macarena continuó mirándola.
- ¡Está bien! ¡Soy bastante yegua! Pero no sería capaz de cagar a Lauti, no se lo merece...
- No se merece tampoco que mires a otro pibe siquiera.- retrucó Macarena.
Rocío se agarró del pelo, sacada.
- ¿Sos la defensora de pobres, Macarena?.
Celeste comenzó a aplaudir para que se calmen y no empiecen a discutir. Las dos chicas se calmaron y se quedaron en silencio, hasta que, luego de unos segundos, irrumpieron en risas. Cuando Rocío terminó de contar todo lo que tenía que ver con extrañar a Nico pero amar a Lauti, llegó el turno de la rollinga, quien habló de Felipe instantáneamente.
- Me llama la atención que todos estos días no haya aparecido, que se haya rendido tan fácil. Es como que...
- Pará.- interrumpió Rocío.- ¿Querés que siga apareciendo a rogarte?
Celeste revoleó los ojos en señal de fastidio.
- No, tonta, nada que ver. Es sólo que...me parece raro.

A pocas cuadras de la casa de Celeste, se encontraban Nicolás, Pache y Bauti jugando a la play en la casa de este último que siempre estaba solo. Estaban esperando que llegue el gordo Ale con la comida: lo habían mandado a McDonald's para traer hamburguesas para todos y el gordo, contento, aceptó a cambio de que le paguen un McFlurry. 
Los jóvenes pasaron las primeras dos horas jugando a la play sin hablar de cosas que no sea fútbol, el torneo nuevo, la salida del cejón Martín y luego la versión de Nicolás en la comisaría. Les contó que había conocido a un pibe llamado Santino, también les comentó la sentencia a Malena que había sido muy liviana por su corta edad, y también les dijo del reencuentro con Rocío.
- Fue re groso todo lo que hizo por vos.- dijo Pache.- No hay muchas minas así.
- Posta, es re buena piba Rocío.- acotó Bauti.- Bah, por lo que me cuenta Celeste es re buena. 
- Está media loca igual.- comentó Nico, entre risas. Luego se produjo un silencio de unos segundos, hasta que volvió a romper la calma.- Igual desapareció.
Pache y Bauti lo miraron sin comprender.
- ¿Cómo?
Nico se encogió de hombros y puso pausa en el juego. Se volteó a sus amigos, sentado como indio en el suelo, y les contó la desaparición repentina de Rochi.
- Seguro fue Lautaro el que le dijo algo.- supuso Pachetti.
- Sí, seguro que sí. Pero al menos estaría bueno que Rocío me hable y me diga que no le hable más, no desaparecer así, de la nada.
Bautista se puso pensativo un momento, y luego volvió a acotar:
- Para mí tenés que hablar con el flaco.
- Naaa, ¿para qué?.- preguntó Nicolás.- Al pedo, le voy a generar más quilombos a ella y no es la idea.
Pachetti le dio la razón a Nico.
- No te digo que le hables para pedirle que te deje hablar con su novia.
- Mal, ni que la piba fuera...No sé...- Pache no supo qué más decir o con qué comprar a Rocío.
- Claro.- continuó Bautista.- La idea es generar buena onda con Lauti, explicarle qué onda vos con Rocío, contarle que nunca pasó nada...Te lo digo para que puedas hablar con ella sin problema, y además para poder invitar a Lauti a estos encuentros que hacemos. No te olvides que es compañero nuestro.
- Pero no es su amigo.- dijo Nico.- ¿Por qué lo tenemos que invitar? ¿Sólo por ser del equipo?
- ¿Te parece poco?.- retrucó Bautista.- En un equipo las cosas tienen que estar bien...Encima no tienen por qué odiarse.
- ¡Menos por una mina!.- Pache siempre con sus comentarios machistas.
Una vez que el gordo Ale llegó, los cuatro amigos se dispusieron a comer y, en medio de la cena, Nicolás accedió a llamar a Lautaro.
- Digámosle que venga acá a juntarse con nosotros. Yo me lo llevo a un costado y hablo todo lo que tenga que hablar...¿Les parece o quedo muy idiota?
Pache y el gordo Ale acotaban comentarios delirantes por lo bajo.
- ¡Dale, bobos! ¡Díganme!
- Para mí está perfecto.- dijo Bauti.
- Para mí también.- aprobó Pache.
- ¿Y vos, gordo?.- preguntó Nicolás.
Pero Ale no iba a contestar, estaba muy ocupado devorándose con un Big Mc triple.

Lautaro, desde su casa, le llamó la atención la llamada de Nicolás. No quería ir, tampoco cruzarlo por ningún lado, pero era inevitable ya que en unos días comenzaría el nuevo torneo y deberían verse las caras día por medio. Además, para trabajar en equipo, es fundamental el buen trato entre todos. Aceptó la propuesta de ir a lo de Bauti pero, antes de hacerlo, le mandó un mensaje a su novia, no pidiéndole permiso, sino informándole.

Rocío, cuando leyó el mensaje, estaba semidormida. Las tres amigas se pusieron a ver películas románticas acostadas en la cama, pero ya casi estaban durmiéndose, excepto Maca que lloraba con "Diario de una pasión".
La rubia se levantó de golpe, despertando a Celeste y asustando a Macarena, provocando que revolee los pañuelitos que tenía en la mano, lleno de mocos, para cualquier lado.
Sin decir una palabra, Rocío se acomodó la ropa y se empezó a preparar rápidamente.
- ¿Estás bien, Ro? ¿Qué pasa?.- preguntó Maca, preocupada.
- ¡No! ¡Todo más que mal!
Celeste callaba a Rocío, incitándole que baje la voz.
- No grites que son las tres de la mañana, boluda, están mis viejos durmiendo.
Rocío pidió disculpas, se puso un saquito, guardó su celular y, sin contestarle a Lautaro, comenzó a bajar las escaleras para irse. Maca y Celeste la siguieron.
- ¡Esperá!.- gritó Maca. Celeste la retó nuevamente por aullar.- Nosotras vamos con vos.
Rocío las miró fijo y sonrió levemente, agradecida por el gesto. Celes se cambió rápidamente hasta que recordó que sus padres no la dejarían salir a esa hora.
- Chicas, yo mejor me quedo. No tengo ganas de que mis viejos me pregunten todo y que me hinchen las bolas...¿No se enojan?
Ni Rocío ni Macarena se ofendieron, por supuesto, así que rápidamente saludaron a su amiga y siguieron su camino, a las corridas por la calle a las tres de la madrugada.

Malena había pasado una noche increíble. Santino, si bien era más grande que ella, no le resaltaba la diferencia de edad a cada rato, ni se hacía el maduro. La trataba muy bien y le gustaba, sobre todo luego de haberle salvado la vida.
Alrededor de las tres de la mañana, aún despierta luego de mirar su serie favorita, Breaking Bad, Malena recibió un mail en su celular: era una invitación de la comisión directiva del club invitándola a la fiesta del sábado siguiente a la noche. Malena creyó que no la aceptarían más, y le daba vergüenza regresar, sobre todo ante el desafío de cruzarse a Nicolás después de lo sucedido...¡Ni hablar de tener que verle la cara a la puta de Rocío! Pero como a Malena le gustaban los retos, aceptó ir.

Una vez en la puerta de la casa de Bauti, Rocío y Macarena, desesperadas, tocaron el timbre con furia, importándoles poco si estaba la abuelita de Bauti o no.
Bauti miró por la rendija de la puerta y allí las vio a ambas. Les abrió rápidamente para que no estén solas en la calle a esa hora de la madrugada y las hizo pasar. Había silencio.
- ¿Qué hacen acá?.- dijo Bauti.
- ¿Está acá mi novio?.- Rocío comenzó a caminar por todo el piso de abajo, en busca de Lautaro.- ¿Dónde está?
- Pará, Ro.- comentó Bautista.- Está arriba, en mi pieza. Está hablando con los pibes.
Rocío clavó una mirada fulminante en los ojos de Bautista, y aún con su cartera colgada y el saco puesto, subió a golpes las escaleras. Macarena miró a Bautista en gesto de no comprender, pero ambos se rieron por la actitud de Rocío.
La rubia ingresó furiosa a la habitación, y allí estaban: Pache, Ale, Nico y Lauti sentados, jugando al truco. Había un cigarrillo a punto de consumirse sobre un cenicero, los celulares tirados sobre la cama y de fondo una pelea de boxeo vieja. Lautaro se puso de pie automáticamente.
- ¡Amor! ¿Qué onda?.- se acercó a ella y la abrazó. Rocío lo sacó de encima. 
- Vos, y vos.- acusó la rubia, señalando bruscamente a Lautaro y a Nicolás.- Bajan conmigo a hablar. ¡Ya!
Ninguno se atrevió a decir nada. Pache quería acotar uno de sus chistes, pero el gordo Ale lo codeó para impedir que diga algo. Mientras Nico, Lauti y Rocío bajaban las escaleras, a la vez subía Maca. Se acercó a su novio y se saludaron tiernamente. Luego de eso, continuaron jugando el partido de truco los cuatro.

No pudo pegar un ojo en toda la noche. Se acostó a la una de la mañana, luego de llevar a Malena a su casa, y desde ahí está mirando el techo. Se fumó un porro entero para ver si podía relajarse, pero solamente provocó que piense más y más. Le atemorizaba que esa Malena que acababa de conocer sea la misma que Nicolás le relató aquella noche en la comisaría...Esta chica no se parecía en nada a la que ese chico le había relatado. No parecía violenta ni mentirosa...Es más, hasta le había parecido divertida, copada y sincera...Y sobre todo, muy linda. No parecía tener dieciséis años en absoluto. Aparentaba ser más madura y se mostraba muy inteligente y dicharachera. Estas cualidades de Malena le atraían a Santino.
En un momento de sus pensamientos, sonó su celular. No tenía idea quién podía ser ya que los de su facultad no salían, otros amigos no tenían, con su tía ya había hablado y sus viejos seguro estaban durmiendo en la otra punta del mundo. La notificación era del WhatsApp: un mensaje de Malena copiándole el mail del evento en el club. Santino se sorprendió, y optó por llamarla por teléfono.
- ¿Hola?
- ¡Hola, bonita!
Santino notó cómo del otro lado se le dibujaba una sonrisa en la cara a Malena.
- ¿Qué pasó? ¿Ya me extrañás?.- preguntó ella.
- La llamé por el mensaje que me mandó...Primero, ¿está con insomnio?
- Ajam.
- Segundo, ¿usted va a ese club? ¿Entrena ahí?
- Sí.- comentó Malena.- Juego al voley.
- ¡Mire qué casualidad!
- ¿Por qué?
- Yo empiezo a entrenar en ese club el lunes, para fútbol de salón.
Del otro lado, Santino escuchó un golpe seco, como si el celular hubiera terminado en el piso.

Rocío caminaba de un lado a otro, histérica, gritándole a ambos y dándole sermones constantes tanto a Nicolás como a Lautaro, quienes simplemente la observaban en silencio. La joven no paraba de hablar un segundo. Retaba a ambos por hacerse los amigos, cuando en realidad supuestamente se odiaban. Se enojó también con su novio por haberle prohibido hablar con alguien que a ella le agradaba, pero también se enojó con Nicolás por no haber puesto interés en recuperar el contacto. Básicamente, todo lo que los dos muchachos habían hecho en estos días molestó a Rocío, al punto de explotar al enterarse que se iban a juntar a hablar.
- ¡A hablar! ¡Por favor! ¡¿A hablar de qué?!.- Al igual que en la casa de Celeste, Rocío se puso a imitar a Lautaro con voz burlona y movimientos exagerados.- Ay, zi, Nico, zoz mi mejor amigo...¡Juntémonoz a inzultar a la tarada de Rozío! ¡Ay!
Lautaro irrumpió en risas, y Nico se limitaba a sonreír para no generar más enojo en la rubia. Rocío, interrumpida por las risas y el jolgorio, se sentó en la silla, al lado de Lautaro, y se agarró la cabeza con las manos. Su novio le acarició la espalda tiernamente, aún riendo un poco.
- ¿Qué te pasa, amor? Nos juntamos no para hablar solamente de vos, sino para llevarnos mejor.
 - Sí, posta.- agregó Nico.- Ahora empieza el torneo y no queremos tener problemas entre nosotros...Menos por...
Rocío levantó la mirada y su dedo índice.
- Llegás a decir "menos por una mina" y te rompo la cara, ¿me escuchaste?.- Nicolás asintió, temeroso.- No soy ninguna mina cualquiera. Soy tu amiga y la novia de Lautaro.
- ¿No era más fácil llamarme y retarme en vez de venir acá y hacer este papelón?.- preguntó Lauti sin temor. Realmente la actitud de Rocío le había dado un poco de vergüenza ajena.
- No...No. Dejá, no entienden nada.- la rubia se puso de pie.- Quiero dejar las cosas claras ahora que estoy en un ataque de sinc...sinceramiento...sinceración...
- Sincericidio.- corrigió Nicolás...¡A Ro le daba tanta ternura que la corrija!
- Miren, la realidad es esta.- Rocío volteó a mirar a Lautaro, luego de un largo suspiro.- Antes de que empieces a sacar conclusiones apresuradas, te afirmo que te amo y que no dudes nunca de eso. Siempre que te dije que te quería fue porque lo sentía de verdad y me salía del alma hacértelo saber.- tragó saliva y continuó. Lautaro estaba totalmente atemorizado.- Todo lo que viví con vos fue único e irrepetible, miles de recuerdos que siempre van a quedar grabados en mí. Con vos aprendí todo: a amar, a ser mujer, a valorar más a la gente que me quiere y a ser persona. Pero...
- Siempre un "pero"...- interrumpió Lauti.
Rocío lo ignoró y continuó su discurso.
- Nunca dejé de lado mis mambos, mis quilombos mentales internos de los cuales nunca voy a poder zafar. Por un lado tengo las cosas que quiero hacer, las que me apasionan, las que me dan vida. Por otro lado están las cosas que debo hacer, el camino correcto, las responsabilidades y el orden, los mandatos de mis viejos y las obligaciones. Siempre estoy entre lo que quiero y lo que debo y nunca lo que quiero es lo que debo.- Rocío miró a Nicolás esta vez y volvió a dirigirse a su novio.- Por un lado, no debí enamorarme de vos, Lauti, y menos de un chico como vos que es tan perfecto y buena persona conmigo cuando no me lo merezco, pero por otro lado no podía pensar en otra cosa que...Que en él.- señaló a Nico.- Estaba y estoy atorada entre lo que debo y lo que quiero...Otra vez. Y cuando tenés un mambo así en la cabeza, sí o sí metes la pata, no terminás haciendo ni lo que debés ni lo que querés. Entonces cuando uno no puede pensar con claridad, comete errores muy graves...Y lastima a la gente que más quiere.
Hubo un silencio rotundo que nadie se animaba a romper. Rocío, ahogada en lágrimas, retomó.
- Les juro que es una tortura estar así, dividida. No sé, si fuera sólo un mambo mío me la banco, pero así lastimo a los demás y eso no me lo puedo permitir porque no debo, ni quiero lastimar a nadie y menos a ustedes...Y sobre todo a vos, Lauti, que no lo merecés y te quiero tanto.
Lautaro quería contener las lágrimas para no quedar como un tarado frente a Nicolás, pero llegó un punto que se le hizo imposible. El morocho de ojos claros atinó a levantarse e irse, pero Rocío le indicó que se quede.
- Ro, yo puedo ayudarte a...A que te vuelvas a enamorar de mí. Te juro que lo intento día a día, pero...Ya no sé qué mas hacer.- la voz de Lauti era temblorosa.- No puedo forzarte a amarme.
Dejame solucionar mis quilombos mentales internos sola, Lauti...Al menos hasta que pueda darme cuenta de qué es lo que quiero hacer de verdad. Perdoname, en serio...
Lautaro, con la cara roja y empapada por el agua de las lágrimas, se puso de pie y miró fijamente a Rocío.
- No te voy a esperar toda la vida. No soy tan boludo como para esperarte sentado en mi casa a que vos te decidas cuál de los dos te calienta más. Te dejo el camino libre...Yo sólo quiero que seas feliz. Pero no te olvides que todo vuelve.
Sin decir más, Lautaro saludó a Nicolás con un gesto con las manos y se fue de la casa.
En un silencio nuevamente incómodo, Rocío tomó una mano de Nico.
- Nico, yo...
- No.- dijo Nicolás.- Ya fue.
- ¿Qué cosa?
- Esto, Rocío.- Nicolás tenía un tono de voz enojado.- Basta de boludear a la gente, de hacer que todos estemos atrás tuyo por tus caprichos y boludeces. Yo no soy Lautaro que te banca todo, eh. Desapareciste de un día para el otro y...
- Es que le había prometido a Lauti...
- ¡Ya sé lo que le prometiste! ¿Pero pretendés que yo esté a tu disposición, cuando se te cante el orto? Ni ahí, nena.
Rocío lloriqueaba cada vez más. Nicolás también se puso de pie y llamó a Lauti, gritando, y salió corriendo de la casa tras él.
Y allí quedo la rubia, sola, devastada, recostada sobre la mesa de la cocina de Bautista. Se quedó, finalmente, sin el pan y sin la torta. Sin el chico que amaba pero también sin el chico que le gustaba. Esto le pasó por histérica, y le dolía en el alma tener que reconocerlo. Sin avisarle nada a Macarena por escucharla reírse con su novio y amigos en la pieza de Bauti, Rocío se fue caminando sola a su casa...Lo que menos iba a imaginar era que, en el trayecto del hogar de Bauti al suyo, iba a presenciar un accidente de autos fatal, en el cual salió disparado un joven, cayendo el cuerpo a pocos metros de donde estaba Rocío. Al acercarse a la escena, vio cómo yacían sobre el cordón del asfalto los cuerpos sin vida de dos chicas jóvenes, y unos pocos metros más allá, un cuerpo que le era conocido...


Continuará...

31 comentarios:

  1. Necesito que esto sea un libro urgente

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  2. Que hija de puta colisss como vas a hacer que sea un sueño lo de pache!! Y rocio me hace asar, pobre lauti, es tan divino con ella!

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  3. Ay que intrigaa, ya quiero que sea el finde que viene!

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  4. Para mí el cuerpo es de Felipe !

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  5. ay colis boluda no nos podés dejar así!!

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  6. dios mio cada vez se pone mejor !

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  7. Hoy la empeze a leer y la termine en una hora, esta muy muy buena, felicitaciones, besitos

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  8. Que sea libro o serie televisiva, re copaaaaaado. Quiero que llegue el otro findeeee

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  9. este es uno de los mejores capítulos

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  10. para mi el cuerpo del pibe es el de Lauti

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  11. para mi el cuerpo del pibe es el de Lauti

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  12. BUENÍSIMO!!! Yo digo que si no es ni Lauti ni Nico es un nuevo personaje!! Espero el finde que viene con muchas ganasss!!

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  13. Es el de lauti o malena, el cuerpo

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  14. Me dejo la piel de gallina!!!!

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  15. La empecé a leer este finde y es mi vicio.. Genias chicas.. me encanta ♡ sigan a así..♧ Espero con ansias el prox capítulo!!

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  16. Larguisimo y perfecto!!! Te re mi felicito colis. Gracias coloradita lindaaaa

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  17. que esperan para mandar a la television a Entrelazados, colis sos una geniaaaa, esto merece estar en un libro o en la tv! no puedo esperar tanto :(

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  18. Me encanta que sean así de largos los capitulos. Estoy totalmente enamorada de esta novela!

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  19. no dan mas de grosas! son unas genias, me encanta

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  20. totalmente enamorada de esta novela

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  21. ay lo lei tdo en un diaa... es buenisimo !!! para mi es el cuerpo del chico que ella en verdad ama asi se da cuenta lo que siente de verdad!

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  22. Me re enganche mal con esta novela, mas pq es re parecido a algo que nos pasa con mis amigas.... quisiera que la suban mas seguido qcy, me re mil gusta.Creo que es LO MEJOR que lei, es tan verdadero todooooooo les juro, llore con algunos capitulos,me alegre por otros, rei como si fuese algo que me paso ami nose, las amo.

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  23. Juro que las amo con todo, es divina la novela. Lo mejor para ustedes!!

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  24. Es lo mejor del mundo esta novela, en 2 dias ya me lei todo. Me siento tan identificada con Celeste

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  25. Siempre me dejan la novela en suspenso jajjaja SON UNAS GROSAS CHICAS !
    No puedo aguantar a que sea domingooooo :D

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  26. chicas y la de hoy para cuando?

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  27. dale wachas suban el capitulo 29

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  28. Estos últimos capitulos los estuve comentando para que sepan lo genias que son, leo entrelazados desde el principio hace mucho tiempo y lo voy a leer hasta el final, gracias por ponerle onda a los domingos

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  29. Ro tiene muchísimos quilombos, perdio al pibe que amaba y al pibe que le gustaba y no sé, Lautaro no se lo merece, él es re lindo con ella, tan tierno, lautaro y rocio son re lindos juntos pero Rocío no puede seguir con Lautaro queriendo estar al mismo tiempo con Nicolás. Ahora se quedó sola pobre.

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