Entrelazados - Capítulo 23 FINAL PRIMERA TEMPORADA

Nicolás, entre sollozos fuertes y mirando al suelo, no le soltaba la mano a Rocío. Cuando levantó la vista, depositándola en los ojos de la rubia, ella notó que Nico le estaba haciendo puchero. No era un puchero de facha para hacerse el lindo, era un puchero de tristeza, de necesidad. Estaba realmente acongojado y asustado.
- Por favor, sacame de acá.
Rocío le soltó la mano y se limpió las lágrimas.
- ¿Qué puedo hacer yo, Nicolás? Esto me puede traer líos.
- ¿Y a mí? Mirame.
Nicolás dio unos pasos atrás y dejó ver su ropa toda sucia, el pelo grasoso, unas marcas en las muñecas que casi sangran por la presión de las esposas.
- Tengo miedo, Ro.- acercó su cara a las rejas. La rubia comenzó a acariciarlo.- ¿Podés ir a buscar a mi mamá? O llamala al menos.
- ¿Yo? Pero, Nicolás, no sabe ni quién soy. No va a entender nada.
- Traela, por favor. Sos la única que me puede ayudar ahora.
Rocío se aleja de las rejas y se agarra el pelo bien fuerte, tironeándolo y dejando escapar un grito muy agudo.
- ¡No parás de meterme en quilombos, Nicolás, la re puta madre! ¿Por qué no está tu novia acá en vez de yo? ¡¿Eh?!
Nicolás se sentó en un tumulto de cemento que cumplía la función de asiento, se tapó las manos con la cara y siguió llorando. Rocío respiró hondo, calmándose. Se acercó de nuevo a las rejas y lo llamó con un chasquido de dedos. Nicolás levantó la vista. Seguía obnubilado, sin poder creer lo que estaba pasando. Quería despertar de esa pesadilla. Rocío lo acarició nuevamente, ubicando su frente contra la de él y mirándolo fijo.
- Ya está, ya estoy acá. Yo te voy a ayudar...Quedate tranquilo, confiá en mí.
En la otra punta del barrio, Maca y Pache se encontraban en el club junto a las jugadoras de voley y handball decorando todo para la fiesta de la noche. Los entrenadores y directivos ya habían ido a la mañana a preparar todo para que los jóvenes se encarguen.
- ¿Por qué sos el único de los de fútbol que hace esto?.- preguntó Maca.
Pache la miró y le sonríó.
- Porque son cosas de minita, no tendría que estar yo acá. Pero me re gusta...
Maca se acerca y lo abraza.
- Siempre fuiste medio putito...
Ambos se ríen hasta que la llegada de Malena puso fin a la alegría que había en el club. Se encontraba desalineada, con ojeras y varios moretones en el rostro, cortaduras en los labios. Parecía que la había atacado un perro hambriento. A diferencia de su aspecto, ella no parecía triste ni dolida en absoluto. De hecho, se acercó a su grupo de compañeras, saludándolas y repitiendo lo mismo con Macarena y Pachetti. Nadie se animaba a preguntar, excepto...
- ¿Qué te pasó, nena? ¡Te cagaron a palos!.- comentó Pache. Macarena lo codeó fuertemente, odiaba con todo su corazón que haga esos comentarios fuera de lugar y desubicados. Pachetti notó que estuvo mal, y miró al suelo instantáneamente.
Malena no pareció inmutarse, solamente sonrió de costado, vilmente.
- Ya se van a enterar.- dio media vuelta y se alejó.
Maca y Pache se quedaron juntos cuchicheando, sacando conclusiones de qué le había pasado a Malena.
Celeste y Bautista pasaron toda la noche a los besos, muy acaramelados. El nuevo noviazgo los había puesto a los dos más melosos que nunca. Celes aún no podía creer cómo las palabras habían brotado de su boca como si nada, aceptando una propuesta tan fuerte. Estaba tan contenta...Hace mucho no sentía cosas positivas por alguien. Decidió, en un instante, dejarse llevar, poder entrar en ese mar de cariño al que Bautista la hacía nadar constantemente. Y así, entre besos y abrazos, llegaron a ese mágico momento donde el amor, el deseo, la confianza y el cuidado se unen para dar lugar al acto más maravilloso del mundo, la demostración de amor y cercanía más grande que puede existir entre dos personas cuando están enamoradas. Bautista y Celeste hicieron el amor, o mejor dicho, el amor los hizo a ellos. 
En ningún momento él dejó de recordarle cuánto la amaba, y ella en ningún momento dejó de sentirse amada, y sobre todo protegida. Sus manos permanecieron siempre entrelazadas, unidas como si fueran la misma, depositando en el otro todas las sensaciones que los recorrían y transmitiéndose esa seguridad y esa ternura hasta en el último suspiro.
Sus narices se acariciaban como por cuenta propia mientras sus bocas sonreían y sus ojos brillaban. Se abrazaron como si ese fuera el único abrazo que darían en todas sus vidas, como si no pudieran separarse porque al hacerlo el mundo se terminaría. Pero eso no sucedió, y en cuanto separaron sus cuerpos y miraron sus almas, descubrieron que ese había sido el momento más lindo de sus vidas. Aunque en la cabeza de Celeste no paraba de rebotar un nombre que la torturaba eternamente, hasta en sus momentos más plenos y felices, siempre presente, como si fuera parte de su ser, y de hecho lo era. Felipe. Le dio culpa pensar en su ex novio por esos instantes...Y también le dio culpa llamar "ex novio" a Felipe. En realidad, no sabía si era culpa, dolor, melancolía o nostalgia. De hecho era una mezcla de todos estos sentimientos. Nunca imaginó estar así, tan bien con alguien que no sea Felipe. Pensó que después de su partida, ella no volvería a encontrar el amor y estaba dispuesta a esperarlo los años que hagan falta, y si era necesario, una vida entera. Pero ahora las cosas habían cambiado. Celeste se encontró recostada en la cama, con un rubiecito acostado en su pecho, abrazándola, durmiendo. La morocha acarició su cabellera, suspiró levemente para no despertarlo y no paró de pensar en lo hermosa que se había sentido y en lo mágico que había sido ese momento. Celeste creía que no iba a volver a hacer el amor de esta manera nunca más en su vida.
Luego de un par de horas, cuando se acercaban las seis de la tarde, Celeste se retiró de la casa de Bautista, saludándolo con un beso muy tierno y largo.
- ¿A qué hora te pasó a buscar?.- preguntó el muchacho.
- A las nueve.
La morocha sonrió y comenzó a alejarse, pero Bauti la corrió para darle un abrazo por atrás y un beso en la mejilla.
- ¿Segura que no querés que te acompañe?
- Vive acá a dos cuadras Macarena. No pasa nada.
Bauti le hizo pucherito y vio alejarse a su novia.
Al llegar, no dio segundo a la vacilación y tocó timbre. Alguien abrió la puerta y, sin mirar, Celeste se le abalanzó encima, dándole un fuerte abrazo. Por suerte, ese alguien era Macarena, pero podría haber sido su mamá o su hermano y a Celes no le hubiese importado, en definitiva los extrañaba mucho a todos y quería abrazarlos. 
- Maca, amiga, no sabes como me preocupé cuando me enteré lo del hospital. Perdoname por no estar para vos, fue una estupidez pasar todo este tiempo separadas.
- Mi mamá me contó que viniste, no sabés lo contenta que me puso. La verdad que sí, que somos dos nenas inmaduras, no lo hagamos más, por favor.
- ¡Nunca más!
Maca miró al piso, luego a su amiga, y la invitó a pasar. Luego de charlar largamente sobre todos los detalles del acontecimiento que derivó en el hospital, Maca le avisó a Celes que a las ocho llegaría Rocío para vestirse y arreglarse. Así que la morocha se fue a su casa para recoger su ropa y volver, así podrían cambiarse todas juntas.
Al regresar, Rocío ya estaba ahí, pero parecía como si no estuviese, se notaba que tenía la cabeza en otra cosa, que sus amigas no tardaron en averiguar.
- Lo que pasa es que el tarado de Nicolás está detenido, no se sabe por qué, y me pide ayuda a mí y yo no sé como puedo ayudarlo. Me da mucha lástima, no puedo dejarlo tirado y no hacer nada.
- ¿Cómo detenido? ¿En prisión?.- dijo Celeste levantándose abruptamente de la cama, y dejando caer toda la ropa que tenía sobre ella.
- Sí, y lo peor de todo es que nadie le explica nada, y mucho menos me van a querer explicar algo a mí. Tengo que hablar con su mamá, pero me muero de la vergüenza, chicas, ni siquiera me conoce.
- Boluda, esto no puede ser.- Macarena se tomó algunos segundos para terminar de relacionar los cabos sueltos en su mente.- Hoy estuvimos en el club con Pache, y vino Malena toda golpeada, estaba arruinadísima, y cuando Pache le preguntó qué le había pasado puso esa cara de arpía que tiene y dijo que "ya nos íbamos a enterar", ¿no les parece que es demasiada coincidencia? 
- Tiene razón Maca, Rochi. Pensalo. Nicolás deja a Malena y a los días cae preso, y aparece Malena toda golpeada sin explicación alguna. Una de dos: o Nicolás es un violento que le pegó, o Malena es una mentirosa que inventó todo por venganza. Y me parece que no es muy difícil darse cuenta cuál fue la verdadera situación. 
- Yo lo conozco a Nicolás.- Rocío dudó tras decir estas palabras.- No mucho, pero lo conozco. Y pongo las manos en el fuego por que él no le tocó ni un pelo. No puedo dejar esto así, algo tengo que hacer, algo se me va a ocurrir para que esa enferma aprenda a dejar de meterse en la vida de los demás.
- ¿Y con la mamá de Nicolás?.- preguntó Maca.
- No sé, supongo que ya se habrá enterado, ¿no?
Se les terminaba el tiempo para vestirse, así que las tres se pusieron de pie y comenzaron a revolver todo el cuarto, en busca de los atuendos perfectos. "Esta pollera te quedaría bien a vos, Celes", "el top rosa te combina con las uñas, Rochi", "Maca, con los zapatos de tachitas la rompés". No fue fácil, pero cada una consiguió armar el look ideal para la ocasión. Macarena optó por unas calcitas negras, con una camisa de jean y botas con tachitas cuadradas. Rocío, en cambio, se puso la pollera larga color crema, con un top rosa chicle y un collarcito dorado corto. Y por último, Celeste, tenía un vestido corto y suelto en color champagne, de tela de raso, con unos zapatos de taco chino negros espectaculares y un bolso que hacía juego.
Las tres amigas se pararon frente al espejo y se tomaron una foto para subir a twitter: "Listas para la fiestaaaa".
Eran nueve menos diez de la noche cuando el timbre de la casa de Macarena sonó. Sonia, su mamá, abrió la puerta y dejó pasar al muchacho, indicándole dónde debía ir para llegar al cuarto de Maca. Cuando llegó a la puerta, la golpeó dos veces, y abrió Celeste. Los ojos de Bautista se iluminaron cuando la vio, estaba increíble, más hermosa que de costumbre (si eso podía ser posible para él). El joven se quedó boquiabierto, pero disimuló un poco cuando la vista se fue al pecho de Celes, quien le sonrió y se acercó a él para estamparle un cálido beso. Bautista saludó a las otras dos chicas y agarró de la mano a Celeste.
- ¿Vamos o esperamos a los demás?
Celeste miró a sus amigas, esperando una respuesta.
- Si quieren, esperamos a Lautaro y vamos todos en el auto, así no caminamos hasta el club.
- Yo no tengo problema...pero, ¿entramos?.- dijo Celeste.
Maca se levantó de su escritorio y asintió.
- Sí, sí. Pache está en el club desde las siete de la tarde más o menos, así que somos justo cinco. Entramos bárbaro.
Malena, antes de acercarse al club, ya vestida y preparada, optó por ir a la comisaría. Rogó que no estén justo allí los padres de Nicolás, así podía pasar tranquilamente a decirle todo lo que tenía pensado.
- ¿Qué haces acá, pedazo de enferma? Vos me metiste en esto, y espero que vengas a sacarme.- definitivamente los padres de Nicolás no se encontraban allí.
- Nico, mi amor, acá te metiste vos solito. Me lastimaste muchísimo, quizás no fisicamente pero sí el corazón, y eso es mucho peor. Los moretones y las heridas que tengo en el cuerpo en algunos días se van a curar, pero lo mucho que me lastimaste vos es algo que no va a terminar de sanar nunca. Pero no te preocupes, corazón, te perdono. Te amo y voy a hacer todo lo posible para que estemos juntos de nuevo, aunque eso implique que estés encerrado y yo sólo pueda visitarte. ¿Todavía no te diste cuenta, no? Estamos destinados a estar juntos, Nico, somos el uno para el otro.- Malena acerco su rosto a la celda, estirando los labios para besarlo.
- ¡¿Ehh?! ¿Pero qué te pasa, loca de mierda?. Salí de acá porque te voy a dar un verdadero motivo para que me denuncies.- Nicolás tomó del cuello a Malena, quien gritó muy fuerte.
- ¡¡Policía!!
Un oficial se acercó rápidamente y viendo la situación desprendió las manos del chico del cuello de Malena, mientras se las doblaba con fuerza. 
- Parece que no aprendes más vos. Esto te va a enseñar a respetar a las mujeres, nene.
Y un fuerte golpe de la cachiporra del policía en la cabeza de Nicolás, lo dejó inconsciente en el suelo.
La madre del joven, junto con su padre, llegaron a la comisaría temblando. ¡Otra vez su hijo había caído por tenencia de drogas!
- No, señora, no es por nada relacionado con eso.
La madre de Nicolás, Marta, abrió los ojos. Raúl, su marido, intentaba calmarla.
- ¡¿Entonces?! ¡¿Qué está pasando?! ¡¡Necesito ver a mi hijo!!
- Su hijo está detenido por golpeador.
Y justo en ese instante, salía Malena de la celda. Marta se puso como loca.
- ¿Qu-qué? ¿Qué está pasando? ¿Malena?
La joven entreabrió la boca, mirando a sus ex suegros. No podía caer su plan, no podía echarse todo a perder, no ahora...Marta se acercó a Malena, quien automáticamente se pone a llorar, se tapa la cara y se va corriendo, sin decir ni una palabra. La madre de Nicolás no comprendía en absoluto qué hacía Malena ahí y por qué reaccionó de esa manera. Sabía que ella y su hijo no estaban más juntos, por eso no llegaba a entender la presencia de Malena en la comisaría. Los padres de Nico, una vez que llegaron a la celda, se encontraron con una imagen fatal. Los demás prisioneros habían lastimado bastante a su hijo.
El club había quedado hermosamente decorado: luces, carteles, una barra en la cancha de básquet y otra en la de voley. Los directivos se encontraban en una mesa apartada charlando y leyendo papeles. El gordo Ale se encargaba de la música mientras Pache bailaba al lado suyo y sacaba fotos todo el tiempo. Ya estaba repleto de gente el club, eran alrededor de las nueve y cuarto, por lo que Pache comenzó a preocuparse cuando no vio a su novia con los demás. El gordo Ale tocó unas teclas que no correspondían en el equipo de audio, por lo que el club quedó sin música durante unos instantes, justo el momento en el cual aparecía Macarena por la puerta de entrada, radiante, más hermosa que nunca. Pache la miró y se le iluminaron los ojos, tanto que su reacción consiguió que todo el mundo se voltee a ver quién era la muchacha que había ingresado. Maca visualizó enseguida a su novio, quien se acercó a ella con una sonrisa y, en el camino, rompió una flor de la planta de jazmines que estaba en la entrada del club, entregándosela a Maca. Ella no aguantó este momento y las lágrimas brotaron de su mejilla. Todo el mundo estaba expectante al saludo.
- Te amo, Macarena, sos lo mejor que tengo y lo mejor que me pasó.
Los aplausos comenzaron a surgir cuando Macarena y Pache se dieron el beso que inauguró este amor tan público, con tanta historia y tantos sentimientos, más de lo que todo el resto se hubiera imaginado. 
Rocío estuvo dispersa toda la noche. Esto a Lauti le resultó bastante irritante. En un momento, mientras ambos bailaban una canción de Agapornis, Lautaro se acercó al oído de la rubia.
- Rochi, ¿estás bien? Ya me cansa un poco tu cara de orto.
Rocío revoleó los ojos.
- No me pasa nada, gordo, de verdad.
- ¿Te vino?
Esta pregunta hizo que Rocío fulmine con la mirada a su novio. La realidad era que no, no le había venido. Su mente estaba en la prisión, con la imagen de Nicolás pidiéndole ayuda. Rocío se sentía una basura, sentía que le estaba fallando, que lo había abandonado...Pero cuando su mente estaba en frío, recordaba que Nicolás no era nada de ella por lo que tampoco era su responsabilidad tener que ayudarlo. Su cabeza dejó de divagar cuando vio entrar como si nada a Malena. Rocío no resistió, sus impulsos fueron más veloces que sus pensamientos. Dejó a Lautaro bailando solo en la pista, y se fue corriendo a donde estaba Malena, agarrándola del brazo muy fuerte y llevándola obligadamente hasta el baño. Macarena vio esta situación y se acercó a Lautaro para distraerlo, hasta que Pache advirtió los gestos de su novia para acercarse a Lauti y hablar con él un rato, mientras Maca se alejaba.
- ¡Salí! ¡Soltame!
- Vos y yo vamos a hablar.- la voz de Rocío cambió cuando vio la cara lastimada de Malena. Le dio un poco de lástima, sí, hasta que recordó que era imposible que Nicolás haga una cosa así.- ¿Qué hiciste? ¿Por qué sos tan mala?
- ¿Mala? ¿De qué hablás?
Rocío le pone la mano en un moretón y Malena se sobresalta un poco del dolor.
- De esto hablo.
Malena sonríe de costado.
- Yo a vos no te tengo que explicar nada.
- Lo que me tenés que explicar es por qué sos tan mierda, tan poco humana, tan basura. ¿Tan sola estás como para cagarle la vida a los demás? Pero te aviso que conmigo no vas a poder, yo soy más fuerte de lo que pensás. Y...
Malena empezó a reírse a carcajadas.
- Sos patética, Rocío. A mí me importa un huevo hacerte mal a vos.
Silencio.
- ¿Entonces qué querés?
- Que desaparezcas de mi vida y no te metas en mis cosas.
- ¿Me meto sabés por qué? Porque metiste preso a Nicolás con inventos, te autoflagelaste, pediste ayuda a no sé quién para que todo salga como querías. Si tanto lo amás, ¿por qué le hacés todo esto? Y te aviso una cosa, si te pensás que así vas a poder estar con él, estás muy equivocada.- respiró hondo antes de decir las siguientes palabras.- Porque Nicolás te dejó porque sentía cosas por mí, y a la primera que llamó para que lo fuera a visitar es a mí, así que esta vez perdiste. Y perdiste mucho, porque también lastimaste a Lautaro que con vos fue una gran persona. Ser una mierda no sirve de nada, sólo lográs que la gente se aleje de vos.
Los ojos de Malena estaban enrojecidos, no aguantaba las lágrimas, quería largarlas, pero prefirió respirar hondo y lanzar toda su mierda con las palabras.
- ¡¿Sabés que sí?! ¡Yo inventé todo! ¡Yo me golpeé e inventé las charlas telefónicas con mi hermano para culpar a Nicolás! ¡Ese hijo de puta merece terminar mal! ¡A mí nadie me deja! ¡¡Y es todo por tu culpa, hija de puta!!
Malena se abalanzó sobre Rocío, cayendo ambas al suelo. En ese instante, la rubia pudo zafar y salir corriendo del baño, encontrándose justo en la puerta a Macarena, quien le sonrió cómplicemente.
- Listo, amiga, grabé todo...¿Vamos?
Rocío asintió, toda despeinada.
- Pero que no se entere Lauti.
- Quedate tranquila que le expliqué todo a Pache.
Las amigas se tomaron de las manos y se fueron corriendo del club, subiéndose al primer taxi que encontraron.
Celeste y Bauti ya estaban todos transpirados, no pararon de bailar un segundo. Cada tanto iban con Pache y Lauti, y después le hacían la segunda un rato al gordo Ale que estaba de DJ. Celeste no tenía idea del plan ideado por Macarena y Rocío, por lo que le preguntó a sus respectivos novios dónde estaban ellas. Pache se hizo el boludo como pudo, cosa que siempre le salió muy mal y eso logró que Celeste se de cuenta más o menos de lo que pasaba: era obvio que Rocío iba a ir a ver a Nicolás. Para no seguir haciendo preguntas y levantar sospechas, optó por hablar con Lautaro, preguntarle boludeces que no le importaban, solamente para tenerlo distraído. Bauti se acercó a Pache en un momento.
- ¿Dónde está Nico, boludo? Con el gordo Ale lo llamamos tres veces y nunca apareció...Tanto que dice amar al club...
Pache respiró hondo y le explicó todo lo que había sucedido al oído. Bauti se puso como loco.
- ¡¿Y qué hacemos acá?! ¡Vamos a ayudarlo, Pache!
Un par de miradas cayeron sobre ellos, pero el que más se sorprendió con estas palabras fue Lautaro, quien dejó a Celeste hablando sola y se acercó a sus compañeros de equipo.
- ¿A quién van a ayudar? ¿Qué pasó?.- Bauti y Pache se miraron, expectantes de alguna respuesta próxima que los haga zafar.
Las pruebas eran irrefutables. El abogado de Nicolás que habían contratado sus padres fue llamado enseguida. Si bien no estaba permitido visitarlo en ese horario, ni sus padres ni Maca y Rocío podían esperar a que Nico pase una noche más ahí adentro. Pero no todo era tan fácil: faltaba el fallo del juez. Tenían que llamar a declarar a Malena, a su hermano, a Rocío y a Macarena que presenció el momento de la confesión. Se debía esperar hasta el lunes aproximadamente, no era tan sencillo. Un poco desanimadas pero con más esperanzas, Maca y Rocío no aceptaron la propuesta de los padres de Nicolás que era llevarlas hasta el club. Marta no aguantaba las ganas de llorar, quería ir y agarrar de los pelos a la loca de Malena, que merecía quedar adentro de un psiquiátrico para siempre.
Lautaro ya se estaba poniendo bastante molesto buscando a Rocío por todos lados, y justo cuando la estaba por llamar, apareció en el club.
- ¿Dónde estabas, boluda? Desapareciste más de una hora.
Macarena interrumpió la charla.
- Estaba conmigo en el baño, yo...Necesitaba contarle unas cosas, nada más.
Lautaro revoleó los ojos, tomó de la mano a su novia y se la llevó al centro de la pista. Continuaron bailando y tomando algo, Rocío ya estaba de mejor humor y más aún cuando recibió un mensaje de un celular desconocido que decía: "Soy Nico. Sos mi angelito. Gracias. Te quierop. ,MUCHO". Y estas simples palabras transformaron la noche de Rocío en una alegría constante.
Todo el club se la pasó hablando de lo hermosa que era la novia de Bauti. El rubio se ocupó de presentarla a los dirigentes, a los árbitros de la liga, a los administrativos, a los jugadores de otras categorías y a los vecinos que conocía y se habían acercado. Celeste era una chica encantadora, no había nadie a quien no le cayera bien a simple vista. Era muy dulce, y su belleza física hacía que caiga aún mejor. Realmente esta pareja fue el centro de la fiesta, tanto por lo tiernos que eran como lo lindos que se veían juntos. Bautista y Celeste se encontraban en un costado de la pista, alcanzándole unos tragos a Ale, cuando a la joven se le ocurrió observar su celular, más que nada para ver la hora. Eran las once y media de la noche. Faltaba un montón para que la fiesta termine pero ella ya se encontraba realmente cansada, aunque cuando miró a Bautista, lo contento que estaba y lo bien que la estaba pasando, generó que Celeste se banque unas horas más haciéndole compañía. Su novio se acercó en un momento y le dijo al oído.
- Sos muy hermosa. La más hermosa del mundo.
Celeste se dio vuelta, le dedicó una sonrisa y le dio un beso ta largo, lleno de cariño, que no necesitó decir más palabras. Con esta linda respuesta, Bauti le dijo que iría hasta el baño. Celeste quedó apoyada contra una pared, mirando a una colorada que tenía un cuerpo fenomenal, bailando en el medio de la pista como si fuera su última noche. Estaba concentradísima observándola, hasta que le taparon los ojos.
- ¡Ay, pero qué lindas manos!.- se destapó los ojos, volteó para darle un beso a quien creía que la estaba tapando, Bautista, pero cuando lo miró a los ojos notó que no era Bautista.
- Te extrañé mucho.- era Felipe.

Continuará...

LA SEGUNDA TEMPORADA SE RETOMARÁ EN SEPTIEMBRE