domingo, 12 de enero de 2014

Entrelazados 1ºT - Capítulo 2

A diez minutos de que comience el clásico barrial, Rocío ya se había ubicado en una de las gradas ubicadas en el costado izquierdo de la cancha. Sabía que se iba a comer el garrón de su vida, que era un embole y que ni siquiera sabía cómo era la camiseta que usaba su novio.
Todavía Lautaro no sabía que ella estaba allí, su "hada madrina" que lo iba a hacer ganar este sábado, porque se encontraba en el vestuario con los demás integrantes del grupo. Estaban todos muy emocionados, a la expectativa de lo que iba a pasar.
El árbitro se para en el medio de la cancha de fútbol 5, toca el silbato y sale el equipo visitante. Rocío mira su celular, sin prestar atención a lo que sucede en la cancha, hasta que presentan al equipo de su novio. 
Uno a uno los ve salir y opina mentalmente lo que le parecía la vestimenta: una camiseta roja con rayas verticales blancas y el número con el apellido en color azul. El pantalón es blanco con rayas rojas y azules en ambos costados, el número en color azul marino, las medias también son azules y los botines son todos diferentes.
El arquero era un chico grandote, medía aproximadamente un metro noventa, era algo relleno pero muy bonito de cara. Por lo que se acuerda que Lautaro le contó, se llama Alejandro pero le dicen "Gordo".
Uno de los defensores tenía aproximadamente diecinueve años, se notaba que era el más grande del grupo. Tenía un lunar en la mejilla izquierda pero una sonrisa de costado muy particular. Sus cejas eran algo pronunciadas, parecía que juntaban ambas con frecuencia. "Claro, Martín, el cejón", recordó Rocío. Miles de anécdotas se le cruzaron por la mente, Lautaro era muy amigo de Martín pero nunca se presentó la oportunidad de que Rocío también lo conozca y salgan juntos riéndose como solía hacer su novio. 
Al otro defensor lo conocía, se lo había comido ella una vez hace como dos años en un baile que organizó el colegio de Lautaro ya que es compañero de él. Nunca supo su nombre, porque siempre le dicen "Pache" por su apellido, "Pachetti" y Rocío tampoco entiende por qué se lo comió, si no tiene nada de lindo. Es flaco y alto, sin ningún músculo, tiene las piernas más flacas que una mujer y la nariz un poco grande...Cero atractivo, pero cuando te ponés a hablar con él es tan buena onda y copado que te olvidás que es feo y te atrae igual. "Por eso es que estuvo con las chicas lindas que estuvo, por la personalidad", piensa Rocío mientras observa a Lautaro en su ubicación y ve entrar corriendo a un chico que no había visto, ni su novio le había nombrado en otra oportunidad. 
Este joven entra trotando de costado, acomodándose la parte de atrás de su pelo con la mano derecha. Rocío lo mira fijamente entrecerrando los ojos para ver si lo conocía. Pero no. Este chico le llamó la atención totalmente. Se paró en el medio de la cancha saludando a lo que parecían ser sus familiares y dejó al descubierto unos perfectos dientes blancos y derechos, acompañados de unos labios carnosos y una sonrisa tan divina que Rocío no había visto en años. Le encantaba ver las sonrisas ajenas, sobre todo de varones, y más aún de este chico que, además de una boca ideal, presentaba una nariz respingada perfectamente delineada y unos ojos verdes con pestañas bien negras y marcadas. Era castaño claro, medía aproximadamente un metro sententa y pico y tenía bien marcados los bíceps. A Rocío le pareció divino y no dejó de mirarlo ni un segundo, tampoco se percató de la presencia de Lautaro en el medio de la cancha.
- Mirá esa pibita, Pache.- el chico lindo le muestra con disimulo a Rocío, quien se da cuenta y automáticamente mira para otro lado.- Nunca la vi por acá.
Pache niega con la cabeza.
- Mejor mirá para otro lado. Es la novia de Lauti.
El carilindo se mordió los labios y abrió los ojos, sin poder creer que un bombón así esté con un pibe tan insulso como Lautaro.
Jugadores ubicados, familiares y amigos observando, el clásico del barrio estaba por empezar.

En otra parte del mundo, hay un joven pensando en la chica que dejó en su país natal. Piensa en cuánto la extraña, en cuánto la necesita y cómo reaccionaría ella si a él se le ocurriría volver cuando menos se lo imagine.


Volviendo a Argentina, Celeste está tirada en su cama escuchando música, analizando que es sábado y no tenía planes para la noche. Desde que Felipe se fue, sale todos los fines de semana con sus amigas. Sabe que si se queda en casa, iba a pensar en él y tendría el impulso de irse a Estados Unidos sin pensarlo, pero no podía, no podía abandonar la escuela y a las personas que la rodean, aunque más de una vez había pensado en hacerlo. Agarra su celular y le manda un mensaje a Macarena preguntándole qué planes había pensado para hoy. "Maca siempre tiene ideas nuevas y ganas de salir", pensó Celeste. Esta vez se equivocaba.


Maca no tenía ganas de salir. Estaba cómoda ahí, tirada en el piso, abrazada al retrete, con un rodete y desnuda. ¿Por qué hacía esto? ¿Con qué necesidad se ponía frente al espejo como Dios la trajo al mundo si sabe que iba a terminar vomitando en su inodoro? De verdad no sabe por qué lo hace, si se da cuenta de que no va a bajar de peso. Pero aún así, lo hacía, a veces le daba placer y la hacía sentir mejor, como ahora. Siguió con su ritual diario hasta que fue interrumpido por un WhatsApp. Maca lo lee y apoya su mano derecha en la frente, había perdido la noción del tiempo por completo, no recordaba que era sábado y, aunque no tenía ganas de salir casi nunca por culpa de su maldita inseguridad, lo hacía para que Celeste, su amiga desde hace diez años, no se sienta sola ni llore con su almohada en silencio, melancólica por la ausencia de Felipe. No, no iba a permitir eso. Se lavó la cara, se vistió y se volvió a hacer un rodete. Se miró al espejo y lo escupió. Después de esto, tomó su celular y contestó: "Amiga, hoy vamos al Álamo. A las doce venite".


El partido terminó en un discutidísimo dos a uno, a favor de Deportivo Lion, el equipo de Lautaro. Cuando finalizó, se fueron todos en cuero cantando a festejar al vestuario. Rocío había gritado los goles, aplaudido y tirado besos a su novio mientras jugaba. Uno de los dos goles fue de él por ende la rubia festejó como loca para hacerlo sentir mejor. El segundo gol lo hizo el chico lindo que había llamado su atención y ella notó que le dedicó el gol guiñándole un ojo mientras festejaba.

Rocío se levanta cuando todos se fueron y va a buscar a su novio al vestuario. Logra llegar no sabe cómo y toca la puerta. Le abre la puerta un muchacho bien tostado, con unos ojos verdes que la enceguecieron, además de que estaba en cuero y tenía una toalla que tapa su parte inferior del cuerpo: era el lindo. Él le sonrío de costado y la miró fijamente.
- Em...Bueno, yo...- Rocío titubea sin parar, debía mostrarse segura, mirá si justo Lautaro la veía en esa situación y se ofendía. Echó una rápida mirada al interior del vestuario y parecía estar vacío.- Estoy buscando a Lautaro.
- Me parece que está en el buffet.
Rocío mira para otro lado.
- ¡Rochi!.- Pache sale de una puerta que estaba detrás del chico lindo, estaba vestido como para irse ya a su casa. Se acerca y saluda a la rubia con un beso en el cachete.- ¿Todo bien? ¿Viniste a ver a Lauti?
Rocío sonríe.
- Sí, por eso vine a buscarlo, así lo felicitaba y...
- Escuchame, esta noche vamos a festejar a un bar que queda por Palermo, si querés podés venir...Traete un par de amigas y...- Le guiña el ojo. Rocío se ríe.
- No sé si voy a poder ir, salimos con Lauti porque después de las doce cumplimos meses.
- Dale, ¡no seas ortiva!.- Pache es así. Nunca se cansa de insistir hasta que lo logra.
- ¿Y quiénes van?.- Pregunta Rocío.
- Las amigas que vos lleves, amigos nuestros, el gordo, Martín y Nico.
- ¿Nico? ¿Quién es Nico?.
El chico lindo levanta la mano.

Rocío sabía que eso iba a pasar. Cada sábado que quieren salir a la noche, Lautaro pone una excusa para no ir debido a su "cansancio". Ahora dijo estar sintiéndose mal, con baja presión y Rocío no toleraría quedarse en su casa otra noche más. Prefirió no pelear con Lautaro al respecto, simplemente dejó de contestar sus mensajes y llamadas pidiéndole disculpas y que saldrían al otro día en festejo de su cumple mes.

Rocío no debía olvidar que tenía amigas que salían...y tampoco olvidar la propuesta de Pache. Le parecía raro que Lautaro no quiera festejar la victoria del día, pero quizá su presión baja era una realidad y no una simple excusa. 
Luego de hablar con las chicas, Rocío decidió que saldría con ellas a la noche, irían juntas al Álamo, como en los viejos tiempos que salían las tres en busca de mil amores, excepto Celeste que ya estaba de novia con Felipe.

Las amigas se juntaron en la casa de Macarena, como era costumbre, para producirse y ayudarse a decidir qué ponerse entre las tres. Una vez listas, se pidieron un remis y encararon al famoso bar. Les encantaba ir ahí antes, la entrada es barata, ya conocen a los dueños y tienen un lugar vip en la terraza de aquel lugar, en el cual había una mezcla de olor a cigarrillo con cerveza barata. Pero no importaba: el fin era salir, recuperar esas noches perdidas con amigas y de paso ayudar a que Celeste levante un poco su ánimo y Macarena se consiga algún chico, aunque ninguna de estas dos cosas funciona.

Se sentaron en una mesa que estaba en la terraza. Rocío se pidió un vaso de Fernet Branca, Celeste una cerveza de litro y medio y Macarena un daikiri de frutilla. Se pusieron a charlar de su día, a hablar de la vida y a medida que el alcohol iba haciendo efecto en sus neuronas, la conversación se tornaba más interesanto. Lautaro seguía insistiendo con llamadas sin respuesta, hasta que alrededor de las dos de la mañana se dio por vencido y se tiró a dormir, con un tirón inmenso en la pierna derecha.
Cuando a Rocío se le acabó su Fernet, se puso de pie y encaró para la barra, en busca de una nueva bebida. En su caminata, Macarena le grita algo que obliga a la rubia a darse vuelta y seguir caminando sin mirar hacia delante y esto llevó a que, cuando se voltea, choca contra un muchacho que derrama un champagne entero en la cabellera y hombros de Rocío, mientras el alcohol se iba cayendo por su cuerpo y el delineador se le corría terriblemente. 
Rocío levanta las manos, abre la boca en señal de asombro sin poder creer lo que acababa de ocurrir: estaba hecha un desastre, le habían tirado una bebida entera sobre ella. ¿Quién había sido el hijo de puta que la ensució por completo? ¿Quién puede ser tan idiota de no prestar más atención si hay una mujer borracha caminando en dirección contraria a la de él? ¿Podía ser tan tarado?.
Sus preguntas fueron contestadas cuando levantó la cabeza y vio que aquel que había derramado accidentalmente la botella de Novecento sobre su cabeza, había sido Nicolás.

¿Comenzarán Nicolás y Rocío a discutir en medio del bar?

¿Qué sucedía en esos momentos por la cabeza de Macarena?
¿Celeste estaba ahogando las penas en alcohol por la ausencia de Felipe?
¿Dónde estaban los demás amigos de Nicolás?
¿Qué pasaría si Lautaro se enteraba que estaban todos en el mismo lugar?


Continuará...

24 comentarios:

  1. Me encantoooooooo♥

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  2. Geniaaaaal,me encanto ♡

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  3. Lo amee,son unas genias chicas!

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    1. Me encantoooo! Escriben perfecto, que ganas de que sea domingo ya y seguir leyendo, son unas genias sin duda

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  4. Noooooooo esta buenísima. No logro esperar al domingoooo. Las amo

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  5. Re mil copado chicas!!!

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  6. Que bueno que estuvoooooo!!! Me encanto chicas, son unas genias!!!

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  7. como Lautaro no se dio cuenta que su novia iba a ir al mismo bar que ellos??

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  8. Es excelente! Como las amo! Quiero más capítulos!!!

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  9. Re mil copado chicas!!!

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  10. Lo amo! Me encanta tantooooo

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  11. No veo la hora que sea domingo para seguir leyendoooooooooo

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  12. Me encanto, son las mejoresss ♥

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  13. Son geniales, amo leerlas ,ÍDOLAS ♡♡

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  14. QUE HISTORIA ENTRETENEDORA!!!!!! genias chicas ♥ !!!!!!!

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  15. geniaaaaaal !!!!!!!!!!!!!

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  16. Me la dejaron super picando, buenísima, contando horas para el domingooo

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  17. Lo amee!!!!! Estoy muy enganchada con esta historia. Que no termine nunca porfisss. Son unas genias chicas!!!

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  18. "el millón de amigos no existe" Gran frase, y me estuve dando cuenta de eso este último tiempo. Me hacen abrir los ojos, las felicito!

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  19. Me re enganche con la historia, esta super buena!!!!!!!

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